Golpe a golpe

Por Juan Sánchez Mendoza

La inseguridad pública no es asunto particular de Tamaulipas, porque igual se padece en toda la geografía nacional, como bien lo advierten los medios de comunicación masiva.

Esta situación nadie la desconoce. Pero tampoco se pasa por alto la disposición gubernamental para, al menos aquí en la entidad y con el apoyo federal (por supuesto), procurar el bienestar ciudadano.

Surge el comentario porque ayer, en Tampico, al instalarse el Consejo Consultivo Estatal de Turismo, el gobernador Américo Villarreal Anaya dijo que Tamaulipas se suma al impulso presidencial para hacer de México uno de los países más visitados del mundo.

Ante la secretaria (federal) de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, reiteró el compromiso para alinear el potencial turístico estatal y que las cifras e indicadores sigan mostrando crecimiento y prosperidad.

“Cuente con nosotros, cuente con que habremos de alinear la potencia de Tamaulipas para que el turismo siga siendo una de las actividades más nobles, para que sus cifras e indicadores sigan mostrando crecimiento y prosperidad compartida y para que México se escuche, se sienta, se visite, se disfrute, se respete y se quiera cada día más», expresó.

Sus palabras significan una invitación a los vacacionistas mexicanos y extranjeros para que visiten los atractivos turísticos del estado.

Para dar certidumbre a los paseantes –que por cierto han querido ahuyentar allende el Río Bravo, en lo que toca al turismo extranjero–, sé que está por montarse un operativo especial, donde participarán la Federación y el gobierno estatal, a fin de que las carreteras interestatales sean más seguras durante el resto del mes.

Por cierto, aquí en nuestro estado la sociedad civil tenemos un alto sentido de atención al turismo, pues éste representa una de las fuentes principales de la economía en varias regiones, donde igual que en toda la geografía estatal mucho se procura su atención, bienestar, cuidado y seguridad.

Y es que Tamaulipas es una entidad rica en bellezas naturales.

Su relieve terrestre, ríos y lagunas, presas, clima, regiones y biodiversidad, constituyen el tesoro (quizá) más importante de la geografía estatal.

Pero a lo largo de la historia pocos han sido los hombres que se han interesado en divulgar las bondades de su naturaleza.

Y la mejor prueba, es que apenas la industria turística es atendida adecuadamente.

Culpables del atraso en la materia han sido:

1) Los mandatarios que en su tiempo y circunstancia soslayaron atender este rubro por el costo de inversión que representa;

2) Los grupos de interés que mucho temieron al desarrollo turístico por considerar que éste los haría perder sus cotos de poder, y

3) Por supuesto, los funcionarios estatales habilitados como responsables del área.

Esto también involucra al actual secretario local de Turismo, Benjamín Hernández Rodríguez, quien se ha entregado a los placeres de la vida y desatendido su responsabilidad por ocuparse en montar justas deportivas que deben ser responsabilidad del INDE, pero no de los quehaceres inherentes a esa cartera.

Por algo el mandatario estatal, personalmente y en persona, ha tenido que atender el rubro y gestionar directamente los apoyos necesarios para su desarrollo.

En fin, eso amerita análisis por separado.

Atractivos naturales

A lo largo de su frontera con la Unión Americana (643.95 kilómetros); litoral con el Golfo de México (423.40 kilómetros); vecindad con los estados de Veracruz (167.05 kilómetros), San Luis Potosí (303.55 kilómetros) y Nuevo León (1,015.25 kilómetros); la totalidad de su territorio (79 mil 284 kilómetros cuadrados –que representa el 4.1 por ciento de la superficie nacional, dividido en 43 municipios–, y su ubicación geográfica, Tamaulipas tiene mucho que ofrecer a los vacacionistas internacionales, nacionales y domésticos –en atractivos naturales–, aunque todavía resulte cuestionable su infraestructura en cuanto a prestación de servicios se refiere.

La referencia viene al caso porque Américo Villarreal Anaya ha sido y es el principal promotor para darle a Tamaulipas un real impulso turístico, sostenido y sustentable, a fin de que la llamada industria sin chimeneas estatal, en lo mediato, sea competitiva con la oferta de otras entidades y regiones del país.

Ya se han remozado los desarrollos turísticos de las playas Miramar (Madero), Barra del Tordo (Aldama), La Pesca (Soto la Marina), Bagdad (Matamoros), el parque ‘Los Troncones’ y el ‘Cañón de la Peregrina’ (Victoria); retirados escombros de la biósfera ‘El Cielo’, que abarca varios municipios; así como atendidos los espacios del turismo fronterizo en al menos Reynosa y Matamoros; cinegéticos (en todo el estado) y la pesca deportiva (en las presas, ríos, lagunas y mar).

Lograrlo no ha sido fácil. Y menos cuando los cacicazgos anacrónicos se han opuesto (y se oponen) a facilitar la inversión privada a través de los alcaldes y legisladores a su servicio –como ocurre en Madero, Aldama y Soto la Marina, entre otros–, por suponer que la llegada de capitales foráneos les disminuiría sus ínsulas de dominio.

De ahí, entonces, la necesidad de reactivar el sector turístico.

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