LOS HECHOS
POR José Inés Figueroa Vitela

”Yo no recibo compensación, pero a los que sí reciben, se las cortaron y no es justo;
estamos muy enojados y vamos a protestar”, es una frase común que en los días
recientes se ha repetido en los círculos de la Secretaría de Salud.
Las reformas a la estructura legal que ampara el acceso a la información y los
oficios de transparencia y rendición de cuentas, entre las que se cuenta alguna suerte
de compactación de claves de funcionarios, ha desatado expresiones similares.
”No es posible que se les vaya a reducir el sueldo”, dicen desde fuera y desde lejos,
quienes no están en esa eventualidad y uno que otro que, aun estándolo se hace el
despistado.
Lo cierto es que algunos trabajadores de la salud tenían más de un año, y otros
pocos menos meses, pero igual, cobrando los nuevos salarios profesionales que se les
otorgó con la plaza, al incorporarlos al nuevo sistema de salud central, conocido como
el IMSS Bienestar, sin dejar de percibir las compensaciones que complementaban sus
emolumentos menores, en el otro sistema.
En el caso de lo que han llamado algunos “degradaciones”, con la desaparición de
las Direcciones Generales de algunos entes descentralizados y autónomos de la
administración pública estatal, igual más se trata más de semántica, que de pesos y
centavos, de definiciones, pués, “para aclarar paradas”.
Resulta que en los viejos tabuladores, considerando “los topes”, un Director
General podía percibir los mismos emolumentos que un Subsecretario y un Director
de Área, lo mismo que un Director General.
Eso estuvo dando paso a situaciones que luego degeneraban en tensiones y
distracción del servicio público.
Especialmente cuando, en tratándose de distintas responsabilidades entre un cargo
y otro, al que llevaba mayores cargas le resultaba injusto ganar lo mismo que quien no
las tenía.
All tiempo que el de menor peso jurídico-laboral, estuviera permanentemente
“pujando” por acceder al salario de su superior.
Luego entonces, a nadie le van a disminuir sus emolumentos con estas reformas

legales dentro de la estructura gubernamental; solo los pondrán en su lugar y llamarán
a cada cual por su nombre.
Muy al margen de esta y aquella “preocupación”, todas las medidas que se están
adoptando dentro del gobierno del doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, sin
embargo, sí tienen la intención de hacer más con menos.
Se dice, de mejorar los servicios a la población y generar los ahorros para llevar
más apoyos al pueblo.
Así, por ejemplo, la desaparición del Instituto de Transparencia, Protección de
Datos Personales y Acceso a la Información de Tamaulipas, ITAIT, con solo la
desaparición de la figura de los Comisionados, significa un ahorro importante para el
Estado.
Así será, aun en la eventualidad de que la mayoría de los empleados sean
considerados para atender esos temas en su reubicación, procediendo a su
recontratación.
Eventualmente, también si en lugar de un Director General y varios Directores de
área, solo se quedan con uno de estos últimos las distintas dependencias consideradas
en la reforma, sigue ganando la austeridad y eficiencia administrativa a favor de los
más vulnerables.
Entre las reformas que ayer aprobó en sesión extraordinaria el pleno del Congreso
Local, todas se refirieron a esos cambios que circundan la creación de la nueva
Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno.
Siempre, alineada con la nomenclatura del Gobierno Federal, a donde va a parar
además de lo que era el ITAIT, en forma central, la Contraloría General del Estado
Con todas. Sus responsabilidades y atribuciones.
Todas las reformas, decía, menos una referente al Código Penal, mediante la cual se
establece que toda aquella persona que ejerza violencia física contra un tercero o
tercera, en automático queda inhabilitada para recibir herencias o sucesiones de ella.
Es decir, quien maltrate a sus abuelas, madres, tías -o su par masculino-, no podrán
heredarles nada.
“¡Cuídennnos mostachones!”, decimos los de la tercera edad.