Cd. Victoria, Tam.- Costumbre vieja. Cada vez que un pez gordo es juzgado en Estados Unidos, los medios adelantan que habrá revelaciones espectaculares. Que venderá a sus amigos y socios, a cambio de sentencias leves.

Igual puede convertirse en testigo protegido, con la posibilidad de recuperar su libertad bajo una identidad nueva y en una localidad lejana de su centro original de actividades.

En cada caso, el arresto (y más, la extradición) desatan toda suerte de fantasías conspirativas. ¿A quién o a quiénes va a echar de cabeza?, ¿Quiénes caerán?…

O dicho en buen romance: ¿quiénes saldrán embarrados, salpicados de inmundicia?… Aunque la pregunta suele tener un significado oculto: ¿quiénes quieres que salgan enlodados?

Y en esto influyen filias y fobias políticas, preferencias electorales. Aplica también al terreno de los “ex”. La gente del pasado inmediato. Y también a las rivalidades delictivas. Diríjase la delación al cartel de mi compadre.

En los medios, hay tema para encabezados (y columnas) sobre todo si el día anda flojo en información. Un buen platillo periodístico, como la cena navideña, permite el recalentado.

CASOS PREVIOS

¿A temblar todo mundo?… Así se dijo cuando cayeron personajes como GARCÍA LUNA, “El Chapo”, GUZMÁN y “El Mayo”, ZAMBADA, para ser juzgados por la Corte del Distrito Este, en Brooklyn, Nueva York.

Es común que se crucen apuestas entre presuntos conocedores. ¿Qué funcionario, qué alcalde, diputado, senador, mandatario estatal, caerán arrastrados en cada caso?… ¿A quienes se lleva por delante el inculpado?…

El tema excita a la imaginación popular pero les falla la memoria. ¿O ya se les olvidó que fantasías análogas han agitado a la opinión pública una y otra vez, casi con el mismo guion, sin que a la postre ocurra nada importante, a menudo con resultados raquíticos?

Ventajas de la era digital. Ya no hay que escarbar entre periódicos viejos para detectar patrones de conducta. La fiebre especulativa desatada en la víspera rara vez queda satisfecha con declaraciones, veredictos y sentencias.

Ejemplos genuinos de aquella vieja previsión atribuida al fabulista ESOPO, cuando las montañas rugen y tiemblan como si fuera a nacer un engendro colosal, pero al final emerge un ratón.

EL REPERTORIO

En la antigüedad PUBLIO OVIDIO fue un poeta romano, con obras consideradas clásicas. Aunque el OVIDIO actual es mucho más simple. Un joven treintañero, hijo del “Chapo” que (tras la extradición de este) hereda una tajada del cartel sinaloense.

Sus broncas con la justicia gringa empiezan en 2018, cuando un gran jurado federal le imputa cargos por conspiración para distribuir coca, anfetas y yerba.

Buscando abaratar los juicios, las tareas acusatorias en ese país prescinden ahora de pruebas fehacientes. Les basta un puñado de testimonios entre presuntos cómplices, dispuestos a declarar cualquier cosa si ello reduce sus penas.

Y algo más candente. En la narrativa actual de los 29 jefes extraditados, asoma un incentivo más poderoso. Evitar la pena de muerte. Así cualquiera habla; lo que sabe, lo que imagina y lo que sus acusadores le pidan.

En 2019 ocurre el “cuiliacanazo”. Un comando élite de SEDENA lo arresta en Culiacán, provocando una reacción muy violenta de civiles armados que amagan con atacar la zona habitacional donde viven familias militares.

AMLO cede y ordena la liberación. El joven queda libre pero marcado. Está dicho que un capo empieza su declive cuando su nombre y rostro son del conocimiento público.

Lo recapturan en enero de 2023, con muertos y heridos en ambas trincheras, la criminal y la verde olivo. Es trasladado de inmediato a la capital mexicana y después al penal de Almoloya.

LA ANOMALÍA

Nueve meses después, en septiembre de 2023, OVIDIO fue extraditado a Estados Unidos. Pero la historia continúa. Entre 2024 y 2025 su proceso se atora, le cancelan y reprograman audiencias. Se habla de una negociación en curso.

Lo cual se confirma con un hecho insólito. El pasado 9 de mayo, en forma sorpresiva, la madre de OVIDIO y 16 familiares más viajan de Culiacán a Tijuana. Con pesadas maletas cruzan la frontera por la garita de San Ysidro y se entregan al FBI, que ya los esperaba del lado americano.

No hay antecedente así en el ámbito binacional. Una rareza, el que un gobierno obsesionado por expulsar migrantes reciba con los brazos abiertos a 17 familiares de un poderoso clan criminal.

Al mes siguiente, el 30 de junio, OVIDIO se declara culpable y firma un documento judicial donde acepta los cargos por narcotráfico, asociación delictuosa y portación de armas.

Para este miércoles 9 de julio de 2025 estaría programada la audiencia formal que oficializa su culpa ante la Corte del Distrito Norte de Chicago, Illinois. Por ello tanto ruido.

La ola de rumores y augurios sobre presuntos testimonios incriminatorios contra la clase política mexicana. Y en redes, chistes que asocian sus probables confesiones con el verbo “cantar”, en lenguaje gráfico, memes y cartones.

Cabe aún el escepticismo. Podría ser otro parto de los montes, como ocurrió en los juicios anteriores, cuyas expectativas de grandes revelaciones jamás se cumplieron.

Pero este caso observa una anomalía que lo distingue. Ese pacto atípico que hizo factible el traslado de su familia. Negociación inusual, extraña y de alcances impredecibles. Pronto lo sabremos.

BUZÓN: [email protected]

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