La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Circuló la información de movimentos presuntamente de la senadora de la república, Olga Sosa Ruiz, con la casa de bolsa Vector, propiedad del nuevoleonés, Alfonso Romo, que los norteamericanos calificaron de lavadero de dinero sucio, de los poderes fácticos. Treinta millones de pesos, adquiridos para la compra de dólares.
La transacción, habría sido a nombre de la madre de la parlamentaria tampiqueña, a quien nos referimos como señora Ruiz.
Olga no desmintió la compra de la divisa extranjera.
De hecho lo reconoció implícitamente al decir que su madre recibió una herencia por lo que los fondos bajo sospecha, no son suyos sino de su progenitora.
Frágil argumento.
Francisco García Cabeza de Vaca, hace años involucró a su madre de igual forma: las cuentas a su nombre, dijo eran de su mamá que -igual que la senadora Sosa- eran parte de la herencia de sus padres.
Poco creíble el argumento: vivían en casa rentada -la familia García Cabeza de Vaca-, antes de aventurarse en la política.
Pocos escrúpulos de nuestros políticos: involucran hasta a su propia madre en sus pillerías, sin medir las consecuencias. Y mucha osadía de los mencionados: no le temen a la cárcel; y no les preocupa, ver a sus queridas madres manchadas por sus desaseadas carreras políticas y exponerlas al riesgo de ensuciar sus reputaciones familiares.
Ya anteriormente Sosa Ruiz, había mostrado su amor por el dinero indebido y fácil: luego de su campaña a la alcaldía de Tampico que perdió -frente al panista Chucho Nader- le fue financiada con dinero proveniente del guachicol del Grupo Carmona, se consoló con un lujoso departamento en los edificios del Grupo Velas en Playa Miramar.
Esos inmuebles, el más barato oscila entre los 11 y 13 millones de pesos.
El de ella es casi un piso completo a todo lujo, en donde recibe a los camajanes de MORENA, del Senado y realiza sus discretos negocios.
¿Quién pompó?
Cuando militaba en el PRI, era una muchachita con habilidades de edecán y sobrevivía haciendo mandados en el CDE. Toño Martínez y Ricardo Gamundi, pueden dar fe de esos hechos.
La ausencia de moral de la senadora, se exhibe al usar a su progenitora en movimientos financieros que son material para que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de Pablo Gómez Álvarez, la investigue y aclare su increíble ascenso en la pirámide social del espectacular puerto.
Personalmente, conozco a catedráticos universitarios y a políticos exitosos, que sudan para ahorrar un par de millones de pesos, en décadas del desempeño de sus actividades.
Un tiempo completo en la universidad, tiene un tope de 50 mil pesos.
¿De dónde salieron los 40 y tantos millones de Olga Sosa?
Si Cabeza de Vaca, aseguró que su fortuna viene de las chamoyadas; Xóchitl de las gelatinas;
Olga, bien puede decir que de comercializar jaibas rellenas…