DE PRIMERA ……LA DAMA DE LA NOTICIA
POR ARABELA GARCIA …
«El Increíble Jeu: sin capa, pero con resultados… y más de 30 rateros tras las rejas La oposición ya
planea salvar a Matamoros… justo después de salvarse a sí misma del olvido
Por supuesto, cuando el cielo truena y caen pedazos de basura espacial a nuestras playas, es
momento de actuar… o al menos de hacer como que se actúa. Y así fue como una comitiva
integrada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la honorable Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente aterrizó (en sentido figurado, claro) en la golpeada playa
Bagdad, en Matamoros, para inspeccionar lo que dejó el último berrinche cósmico de SpaceX.
La visita, cuidadosamente coordinada —porque ya se sabe que la foto es lo importante— fue
atendida por la organización ambientalista Conibio Global A.C., encabezada por Jesús Elías Ibarra
Rodríguez, quien con tono serio (y razón de sobra) advirtió sobre los riesgos de que nuestras
queridas tortugas lora, al borde de la extinción, terminen masticando pedazos de Starship como si
fueran dulces de feria. ¡Plástico gourmet directo de Texas a Tamaulipas!
Con más de una tonelada de basura recogida, el mensaje de Conibio fue claro: esto no se limpia
solo, y el gobierno debería exigirle a Elon Musk (o al menos a su cuenta de servicio al cliente) que
venga a barrer su tiradero intergaláctico. Pero claro, en México pedir cuentas a los poderosos es
como esperar que las campañas políticas se cumplan… ilusiones de domingo por la tarde.
Y hablando de campañas —porque aquí no todo son tortugas ni cohetes—, ya se cocina el caldo
político rumbo a 2027. Un bloque político (léase mezcolanza de resentidos, exalcaldes y
empresarios con ganas de más) se perfila como el próximo intento de reconquista de la silla de la
sexta. PRI, PAN, y lo que caiga del árbol, todos buscando con quién bailar el próximo sexenio.
Mientras tanto, en el PAN local, la historia da pena ajena. Adalia Guzmán, su dirigente, más
muerta que viva políticamente, se mantiene en su trono de inercia. Y, por si fuera poco, su asesor
parece más entusiasmado con Morena que con el partido que le da de comer. Dicen que le anda
guiñando el ojo al oficialismo, a ver si le cae un hueso. Total, la lealtad partidista ya ni en los libros
de texto.
Y mientras Movimiento Ciudadano se mueve en silencio, cual ninja naranja, la oposición se rasca la
cabeza y el bolsillo. Porque, claro, para “amar a Matamoros” se necesita perderles el amor a varios
milloncitos. La pregunta ya no es quién quiere gobernar, sino quién está dispuesto a pagar el
boleto de entrada al circo.
Bienvenidos al Matamoros del siglo XXI: donde la basura viene del espacio, las promesas se
evaporan más rápido que el agua del río Bravo, y los partidos políticos parecen más preocupados
por sus quincenas que por su gente.
Nos vemos en la próxima explosión. Sea en el cielo… o en las urnas.
En una ciudad donde las malas noticias suelen correr más rápido que los buenos resultados, hay
figuras que, sin necesidad de hacer ruido, están marcando una diferencia real. Uno de ellos es el

secretario de Seguridad Pública de Matamoros, Eduardo Jeu Silva Capistran, o como ya le llaman
algunos con sorna y respeto: “El Increíble Jeu”. No porque rompa cosas como Hulk, sino porque
—en un giro raro y casi milagroso para esta frontera— ha logrado algo que muchos prometen y
pocos cumplen: reducir los robos.
Mientras muchos funcionarios se especializan en cortar listones y postear selfies, Jeu ha preferido
los operativos, las detenciones y la vigilancia constante. Más de treinta rateros y malvivientes han
sido detenidos en semanas recientes, y no es casualidad que los índices delictivos hayan
comenzado a bajar de forma notable. Es cierto que todavía queda camino por recorrer, pero por
fin hay señales de que alguien está haciendo el trabajo que le toca… sin excusas ni pretextos.
Y como si fuera poco, ahora que se acercan las vacaciones, el plan es reforzar la vigilancia en las
escuelas para evitar que se conviertan en tierra de nadie. Porque sí, ya sabemos que para algunos
«descanso escolar» es sinónimo de “tiempo para saquear salones”. Pero parece que esta vez la
patrulla llegará antes que los ladrones.
Jeu no tiene capa ni gadgets tecnológicos, pero lo suyo son las patrullas que sí se mueven, los
recorridos que sí se hacen y las órdenes que sí se cumplen. En una Matamoros acostumbrada a la
simulación, su estilo operativo, callado y directo, se agradece.
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