Dr. Jorge A. Lera Mejía.

A las 19:30 horas (hora de México) Estados Unidos confirmó ataques aéreos contra tres instalaciones nucleares clave de Irán: Fordow, Natanz e Isfahán. El presidente Donald Trump anunció en Truth Social que la operación fue «completada con gran éxito», destacando que todos los aviones regresaron sin incidentes y que se lanzó una «carga completa de bombas» sobre Fordow. Irán confirmó los ataques a través de su televisión estatal, indicando que las defensas aéreas interceptaron blancos hostiles, aunque sin precisar daños ni víctimas.

Riesgo radiactivo: El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) advirtió que ataques a instalaciones como Fordow —enterrada bajo una montaña— podrían liberar material radiactivo con «graves repercusiones para la humanidad y el entorno».

Trump declaró que este es «el momento de la paz» e instó a Irán a poner fin al conflicto.

Congresistas estadounidenses, tanto republicanos como demócratas, condenaron los bombardeos.

Escalada regional: El ataque marca la entrada directa de EE.UU. en el conflicto entre Irán e Israel, con posibles repercusiones geopolíticas aún no cuantificadas.

Éxito de los bombardeos

Fordow: Aunque su ubicación subterránea la hacía «prácticamente impenetrable» a ataques convencionales, EE.UU. utilizó bombarderos B-2 y bombas de penetración profunda («bunker busters»), únicamente en su arsenal. Trump afirmó que se impactó la instalación principal, pero no hay verificación independiente de daños.

Natanz e Isfahán: No se detallaron métodos específicos de ataque, aunque Trump calificó la operación como «exitosa» en su totalidad.

Irán no reportó daños estructurales significativos, solo «ataques en los alrededores» de las instalaciones.

La profundidad de los bunkers (cientos de metros en Fordow) y la falta de acceso a inspectores internacionales dificultan evaluar la efectividad real.

El OIEA calificó los ataques como «extremadamente preocupantes», subrayando que aumentan la probabilidad de una crisis radiológica. La destrucción total de instalaciones blindadas como Fordow requeriría múltiples impactos de alta precisión, cuyos resultados aún no son verificables. Mientras EE.UU. presenta la operación como un éxito estratégico, las consecuencias a largo plazo —incluyendo represalias iraníes o contaminación ambiental— siguen siendo impredecibles.