#DESDELAFRONTERA  

POR PEDRO NATIVIDAD  

Cuando andan en campaña, la gran mayoría de los políticos llegan con discursos llenos de promesas que muchas veces se esfuman con el paso del tiempo. Pero cuando una administración cumple, sobre todo en rubros tan sensibles como la educación, vale la pena detenerse, observar y reconocer. Es el caso del gobierno de Carmen Lilia Canturosas en Nuevo Laredo, que ha demostrado que gobernar con visión no es quedarse en el centro, sino llegar hasta donde habita el último ciudadano. 

La colonia Valles de Anáhuac, ubicada al poniente de la ciudad, ha sido durante años uno de esos sectores históricamente relegados. Pero eso está cambiando. Hoy, gracias a una decisión firme y una inversión histórica de más de 36 millones de pesos, comienza la construcción de una nueva escuela primaria, una demanda largamente aplazada por la comunidad que ahora encuentra respuesta. No es solo una escuela, es un mensaje político claro, ningún niño ni niña debe quedar atrás, sin importar qué tan lejos viva. 

Durante la graduación del Jardín de Niños Nueva Creación, la alcaldesa no solo llevó buenas noticias, llevó esperanza. Anunció la creación de un plantel con 12 aulas que dará cabida a cientos de estudiantes de las colonias Valles de Anáhuac y El Progreso. Un proyecto que, sin duda, marcará un antes y un después en la vida educativa del sector. 

Pero este no es un hecho aislado. Forma parte de un ambicioso programa de infraestructura educativa que la administración impulsa en 2025, con una bolsa de 153 millones de pesos para mejorar escuelas de todos los niveles. A esto se suman apoyos como las becas para primaria, educación especial, excelencia universitaria y titulación, con las que se cierra el círculo del apoyo integral al estudiante. 

Porque gobernar bien no es solo administrar recursos, es entender que la educación es el verdadero progreso. Es sembrar futuro en cada aula, en cada pupitre, en cada niño que recibe clases en condiciones dignas. Carmen Lilia lo entendió así desde el inicio de su gestión, y hoy lo demuestra con hechos tangibles. 

Ejemplos como este deben ponerse en alto. Porque cuando un gobierno apuesta por la educación, no solo cumple una obligación constitucional, cumple también un compromiso moral con las generaciones que habrán de heredar la ciudad. 

TAMAULIPAS SEDIENTO 

En Tamaulipas hay una emergencia, el agua se está acabando. La frontera tamaulipeca, esa franja estratégica para el desarrollo económico del país, enfrenta hoy una de las peores crisis hídricas de su historia. Las presas internacionales, que abastecen a las principales ciudades de la región, apenas cuentan con poco más de 200 millones de metros cúbicos, cuando se requieren más de 300 para garantizar el consumo humano durante un año. 

Raúl Quiroga Álvarez, secretario de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo, fue claro y sin rodeos, los focos rojos están encendidos. La advertencia no es menor. El problema no solo es la sequía prolongada y la falta de lluvias; también es el saqueo desmedido de agua en la Cuenca del Río Bravo, donde se estima que han sido desviados hasta 600 millones de metros cúbicos, en detrimento de una población que cada vez ve más cerca el día en que abra la llave de su casa… y no salga ni una gota. 

Hoy, 10 ciudades tamaulipecas asentadas a lo largo del Río Bravo, donde vive la mitad de toda la población del estado, están al borde del colapso hídrico. La escasez que ya viven las ciudades del interior, con tandeos que obligan a esperar hasta 15 días por un poco de agua, pronto será la regla también en la frontera. 

Es cierto que los fenómenos meteorológicos pueden ayudar a recargar las presas, pero ¿vamos a dejar nuestro destino en manos de un huracán? El cambio climático ya no da tregua y las políticas públicas deben ir más allá de rezar por lluvias milagrosas… ¿Qué no?, NOS LEEMOS.  

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