Columna Rosa, sólo para Mujeres.

Por: Lic. Bárbara Lera Castellanos.

Como compromiso con la dignidad y el bienestar de la niñez el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Tamaulipas, bajo la presidencia de la doctora María de Villarreal, avanza con la segunda entrega de equipamiento a Desayunadores Escolares y Comedores Comunitarios, en el marco del programa “Con Voluntad, Paz y Esperanza”.

Más que una acción logística, este esfuerzo representa un acto de humanidad y solidaridad que busca garantizar que miles de niñas, niños y adolescentes tengan acceso diario a alimentos nutritivos que alimentan no solo su cuerpo, sino también su esperanza y desarrollo integral.

Cada día, más de 38 mil personas en situación vulnerable reciben alimentos en estos espacios, atendidos y operados por miembros de sus propias comunidades, quienes con capacitación y equipamiento fortalecen su capacidad para cuidar y nutrir a sus vecinos haciendo posible esta importante Labor.

La entrega actual de 10,157 enseres y equipos de cocina responde a solicitudes genuinas de escuelas y comedores en los 43 municipios en situaciones vulnerables, reflejando un verdadero compromiso sensible a las necesidades reales de cada lugar.

El programa tiene como objetivo fundamental favorecer el acceso a alimentos nutritivos e inocuos para quienes más lo necesitan, especialmente la niñez y adolescencia en planteles públicos con altos índices de marginación y malnutrición.

Más allá de la entrega material, se promueven acciones de educación alimentaria y calidad, porque alimentar es también educar y cuidar desde el respeto a la dignidad humana.

La coordinación entre DIF estatal, municipal y autoridades locales garantiza que los recursos lleguen con transparencia y que la comunidad participe activamente, fortaleciendo la confianza y el sentido de pertenencia.

Ejemplos como la entrega en El Mante, donde se apoyaron 13 planteles, evidencian cómo estas acciones transforman vidas y comunidades.

Esta segunda entrega es un acto de compromiso humano que más allá del equipamiento, es una apuesta por la seguridad alimentaria, la participación comunitaria y el desarrollo integral de la niñez tamaulipeca, reafirmando que la verdadera comunicación y acción social deben estar siempre al servicio de la dignidad y el bienestar de las personas.