DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.


El próximo domingo se festeja el día del padre. La familia se integra por los papas (padre y
madre) y los hijos. La generación de mi papa fue parte de una familia grande: en promedio
10 o hasta 12 hijos; las nuevas generaciones, son chicas y en el peor de los casos ya no
quieren hijos, pero, eso sí, cuentan con una o mas mascotas; de preferencia perros o gatos.
Un meme dice que, como la mascota, es esterilizada, hagan de cuenta, se termina la
descendencia.
El domingo será el día en que todos, o bueno casi todos, van a decir que tienen o tuvieron al
mejor padre. Sin embargo, la diferencia es abismal entre el festejo de una y de uno. Por eso,
la ironía popular ha sentenciado en un meme que es lo mismo, pero similar. En fin, de
nuestro padre siempre vamos a hablar bien… por ejemplo, siempre digo que mi padre me
heredo el animo y la entrega por el trabajo, fue su herencia genética. ¿Feliz día del padre!
LA ABUELITA.
En mas de una ocasión he narrado hechos o situaciones con mis alumnos. En fin, en una
reunión, en plan de entrar en mas confianza les dije a mis alumnos que soy diabético y les
di una explicación somera de su significado. Y en eso, uno de ellos, exclama: mi papa
también era diabético y mi abuelita lo mato. La verdad, los presentes, nos sorprendimos y
mas cuando nos explico la situación que vivieron y que culmino con el fallecimiento de su
padre.
La abuelita vivía con ellos. Y parte de la rutina diaria de la familia es que por las tardes
tomaban café con pan. Pero mi abuelita, nos dice, le daba a papa su pan y una coca. Y
nosotros le decíamos, no abuelita, no le des eso. Le hace daño, recuerda lo que nos ha dicho
el médico. Todos nos vamos a morir, explico y agrego: déjenlo que viva feliz, no lo
agobien. Como no se cuidada, cada vez que le hacían exámenes, el medico les repetía:
tienen que cuidarlo… así, hasta que falleció.
LA HERENCIA.
Nuestros papas nos dejan herencias. Unas son materiales, que pueden ser riquezas; en otras,
nos dejan una educación basada en buenos valores, tanto religiosos, educativos, familiares,
comunitarios. Pero también nos heredan factores que tienen que ver con nuestro cuerpo…
porque ya lo sabemos, hay enfermedades hereditarias. Y eso, mas de uno a veces no lo
quiere aceptar, fue el caso que día reflexione con un exalumno, que presumió como el fin
de semana se había tomado una botella de wiski y unos buenos filetes rybe.
Estábamos reunidos varios amigos. Y al escuchar las palabras exitosas, de presumir, que le
digo: recuerda a tu papa, todo lo que me contaste de su enfermedad. Se quedo ciego, le
cortaron las piernas, se le cayeron los dientes… y un día le fallaron los riñones. Falleció. Su
hijo, de complexión alta, con cierta obesidad, ante mis palabras se quedo callado y de
pronto dijo: tiene razón, vi, viví, toda esa experiencia, y uno debe de aprender de ella: al

paso de los meses me lo encontré con su esposa y me dice: profesor, sus palabras me
calaron hondo. Deje de tomar, hago ejercicio y mis alimentos son los justos, nada de
excesos.
MI PAPA.
Falleció a los 86 años, veinte años antes lo operaron del corazón. Y siempre vivió en el
campo; fue de la generación de campesinos, agricultores, que trabajaban desde el amanecer
hasta el anochecer. Mas de una ocasión, en mi infancia, me toco llevarle su almuerzo hasta
la parcela; y en otras veces, el manejando la yunta y el arado, y yo con mi morralito, le
ayude a sembrar maíz o frijol. Uno de sus trabajos colaterales era amansar los toros o los
caballos.
Fue de un carácter fuerte, como bien dicen, de mecha corta; quizá eso explique que yo, en
momentos y ciertas cosas, me descontrolo. Su herencia fue una formación de trabajo, de
responsabilidad; su vida se la paso trabajando, al grado que en mas de una ocasión anduvo
en Mante, imagino que, en el Ingenio, pero en Victoria trabajo en el corte de henequén y
fue jornalero, trabajo en la construcción: Pemex allá por la de carrera y en la gasolinera del
8 Bravo.
Papa, El Gordo, como le decíamos, descansa en paz.