Columna Opinión Económica y Financiera.

Dr. Jorge A. Lera Mejía.

El reciente anuncio de una inversión histórica de hasta 10 mil millones de pesos en materia de agua para Tamaulipas, realizado por el director de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Efraín Morales, y el gobernador Américo Villarreal, marca un antes y un después en el desarrollo económico y social del estado. Este esfuerzo, que integra recursos federales, estatales y municipales, responde a una de las demandas más apremiantes de la región: garantizar el acceso y la gestión eficiente del agua, un recurso vital para la vida, para todos los habitantes de zonas urbanas y rurales, la producción agrícola y la industria local.

La firma del Convenio para la Tecnificación del Distrito de Riego 025 Bajo Río Bravo y la entrega de apoyos para infraestructura hidroagrícola, por más de 388 millones de pesos, son solo el inicio de una estrategia integral que busca tecnificar más de 200,000 hectáreas para riego agrícola. Este objetivo, alineado con los compromisos presidenciales, permitirá modernizar el campo tamaulipeco, aumentando la productividad y reduciendo la vulnerabilidad ante las sequías, que han sido recurrentes y devastadoras para los productores locales.

La tecnificación de los distritos de riego 025 y 026 representa una inversión superior a los 3,000 millones de pesos, mayoritariamente federal, pero con la participación activa del gobierno estatal y los propios usuarios. Este esfuerzo no solo incrementará la eficiencia en el uso del agua, sino que también contribuirá al objetivo nacional de alcanzar la soberanía alimentaria, permitiendo que Tamaulipas consolide su papel como uno de los principales productores agrícolas del país.

Impacto en la industria y la economía local: La crisis hídrica de los últimos años, especialmente la vivida en 2024, dejó huellas profundas en la economía tamaulipeca. La escasez de agua paralizó procesos productivos clave en el corredor industrial del sur del estado, obligando a más de 40 empresas a suspender actividades durante semanas y reduciendo hasta en un 30% las utilidades de aproximadamente 14,000 trabajadores. Esta situación evidenció la urgente necesidad de invertir en infraestructura hídrica para evitar pérdidas millonarias y proteger el empleo.

La inversión anunciada contempla, además de la tecnificación agrícola, la construcción de un nuevo acueducto para Ciudad Victoria, con una inversión de 1,700 millones de pesos, y la rehabilitación de plantas potabilizadoras, redes de agua potable, pozos y sistemas de drenaje. Estas obras permitirán garantizar el abasto de agua en la capital y otras zonas estratégicas, mejorando la calidad de vida de la población y fortaleciendo la competitividad de las empresas locales.

Proyección a futuro: desarrollo sostenible y bienestar social: El impacto de estos apoyos federales trasciende lo inmediato. Al asegurar el suministro de agua para consumo humano, agrícola e industrial, Tamaulipas podrá enfrentar con mayor resiliencia los retos del cambio climático y la variabilidad hídrica. La modernización de la infraestructura permitirá optimizar el uso del recurso, reducir desperdicios y promover prácticas más sostenibles en todos los sectores productivos.

Además, la inversión en agua es también una apuesta por la cohesión social y el bienestar. Al mejorar la disponibilidad y calidad del agua, se reducen los riesgos sanitarios, se facilita el acceso a servicios básicos y se abren nuevas oportunidades para el desarrollo regional. La participación activa de los usuarios y productores en la gestión de estos recursos fortalece el tejido social y promueve una cultura de corresponsabilidad y cuidado ambiental.

Nunca antes Tamaulipas había recibido una inversión de esta magnitud en materia hídrica. El reconocimiento de CONAGUA al compromiso del gobernador Américo Villarreal y la inclusión del estado en el Plan Nacional Hídrico reflejan la importancia estratégica de la región para el país. La ejecución escalonada de estos recursos a lo largo del sexenio permitirá atender problemas históricos y sentar las bases para un crecimiento económico más justo, inclusivo y sostenible.

Los apoyos federales anunciados no solo representan una respuesta a una crisis, sino la oportunidad de transformar estructuralmente el futuro económico de Tamaulipas, garantizando agua para todos y potenciando el desarrollo agrícola, industrial y social del estado.