ANECDOTARIO.
POR JAVIER ROSALES ORTIZ.
RELATO1.-Basta con contemplar sus caritas agradecidas y
estirar la mano no solo para recibir un beneficio, sino también
para saludar a una mujer que es amable, abierta para la
plática, y que sabe, bien que sabe, que las necesidades
abundan y la disposición para atenderlas, también.
Como si estuviera en su casa, ella se desplazo por varios
lugares de ciudad Victoria acompañada por el equipo de
atención a personas con discapacidad del DIF local y como
parte del programa “Dotación de Lazos de Esperanza”
impulsado además por el DIF Tamaulipas, para entregar
pañales, productos higiénicos e insumos esenciales para
personas discapacitadas y de la tercera edad, que bien que
alegraron a los beneficiados.
Así, como Lucy de Gattas, es, a su paso se gana la confianza
de los victorenses de escasos recursos y les deja en claro que
esta no será la última visita, porque regresara para seguir
entregando los beneficios que son tan necesarios en este
momento.
Las fotografías hablan por si solas, ya que se muestra la
camaradería que establece la primera dama de Ciudad
Victoria con todos aquellos que con co0nfianza se le acercan y
que saben que llego la ayuda.
Se nota, además, que ella goza de estos momentos con
abuelitas y abuelitos de manos arrugadas y del abrazo y beso
de los niños, quienes curiosos se le acercan.
Es una más de las buenas obras que realiza la esposa del
alcalde de Ciudad Victoria, Eduardo Gattas Báez, ya que a
veces juntos y otras cada uno por su lado, recogen las
demandas de una ciudadanía que siempre cree en ellos.
Buen trabajo.
RELATO 2.-Y si de imágenes fotográficas se habla, como no
mencionar las que hizo circular la Universidad Autónoma de
Tamaulipas de su rector, Dámaso Anaya Alvarado, sobre sus
etapas como deportista, de los meros buenos.
Rápido, pero bien claro, el rector relata lo que para él fueron
18 años como judoka y la defensa que ejerció para cuidar su
cuerpo de los golpes del rival en cada ocasión.
A decir de la primara autoridad universitaria de Tamaulipas,
eso no quedo en el pasado porque el ejercicio siempre lo
practica y entre bromas y buenas palabras señala que es algo
que nunca abandonara.
Y es que para el eso es básico para el cuerpo y para la mente.
Anaya Alvarado no desaprovecho el momento y anota que
también recuerda que de vez en cuando monta a caballo, algo
que lo desconecta de todo.
“Los que saben montar a caballo lo saben y los que no,
amanecen adoloridos al otro día”, aseveró.
Es un lado que pocos le conocían al rector.
Quien busca ser una mejor, autoridad.
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