Cuando la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y la Auditoría Superior del Estado (ASE) unen fuerzas y estrechan su colaboración, la fiscalización de la cuenta pública se vuelve más eficiente y profesional. “Ahora se audita con más rigor, visión preventiva y pasión por la transparencia”, asegura Francisco Noriega Orozco, auditor superior de Tamaulipas
Hace apenas dos años, la percepción ciudadana pintaba otro panorama: 77.4 % de los tamaulipecos consideraba que los actos de corrupción eran muy frecuentes o frecuentes, y situaba a la corrupción como el segundo problema más grave, solo detrás de la inseguridad. En aquel momento, las auditorías se veían como trámites de poca relevancia social; hoy, gracias al trabajo conjunto, son motor de cambio, a través del intercambio de información estratégica, alineación de estándares nacionales y auditorías conjuntas de alto impacto.
Los resultados recientes hablan por sí mismos. Con esta alianza, cada informe, cada cifra y cada hallazgo avientan un reto directo a la impunidad: en 2024, el portal de transparencia de Tamaulipas alcanzó un puntaje perfecto de 100 / 100. En el Índice de Competitividad Estatal 2024 del IMCO, Tamaulipas escaló hasta el lugar 12 de 32 entidades, consolidándose como referente en gobernanza y rendición de cuentas, y según encuestas de INEGI, el estado avanzó del lugar 28 al 15 en el Índice Estatal de Información Presupuestal.
Y en la trinchera operativa refrenda el titular de la ASE, los resultados son aún más contundentes, pues se activaron 45 denuncias penales junto a 79 procedimientos administrativos.
Para empujar el cambio, formamos a 330 servidores públicos en auditoría preventiva con el modelo “colmena”, un sistema de revisiones paralelas por zona que rompe esquemas. Y como consecuencia de los convenios con la ASF y la UAT, la nueva generación de auditores ya piensa en datos, impacto social y participación ciudadana.
La coordinación entre ASF y ASE ya no es solo un asunto de cifras: es un laboratorio social donde se redefinen las relaciones entre Estado y sociedad. De cara a la Cuenta Pública 2024, el reto es claro: consolidar este modelo para que la fiscalización siga siendo herramienta de transformación democrática, capaz de transformar realidades y fortalecer la gobernanza en Tamaulipas, finalizó Noriega Orozco.