#DESDELAFRONTERA  

POR PEDRO NATIVIDAD  

Nuevo Laredo marca una diferencia. Aquí, el gobierno municipal entiende que la infraestructura más valiosa es la que se levanta para educar. Carmen Lilia Canturosas Villarreal, alcaldesa de la ciudad, ha dejado claro que su administración no sólo construye, sino que transforma, con una visión de largo plazo y un compromiso palpable con la niñez y la juventud. 

Prueba de ello son las recientes entregas de infraestructura educativa, encabezadas personalmente por la presidenta municipal, quien ha convertido las escuelas en un eje prioritario de inversión pública. En esta ocasión, las acciones beneficiaron directamente a cientos de estudiantes de tres planteles: la Escuela Primaria Mauricio González de la Garza, la Primaria Francisco González Bocanegra y el Jardín de Niños Benito Juárez García. 

En la primaria Mauricio González, ubicada en el Fraccionamiento Reservas Territoriales, se entregaron un módulo de sanitarios y un aula didáctica con una inversión superior a los 2.6 millones de pesos, impactando a 485 alumnos del turno matutino. Además, durante el actual trienio (2021-2024), el plantel recibió diversas obras complementarias, acumulando una inversión de más de 3.6 millones de pesos. 

La alcaldesa también inauguró importantes mejoras en el Jardín de Niños Benito Juárez García, en la colonia Constitucional. Con casi 2 millones de pesos, se rehabilitó una techumbre, se construyó una barda perimetral. 

Lo que destaca en estos esfuerzos no es sólo la cifra invertida, más de 153 millones de pesos en este año solamente para infraestructura educativa, sino la visión política que los respalda: invertir en educación como base para construir una ciudad más fuerte, más preparada y más justa. 

Mientras algunos municipios siguen relegando el mantenimiento escolar a una lista de espera infinita, Nuevo Laredo está ejecutando un modelo de ciudad que prioriza a sus estudiantes. Se entiende que el aula no puede ser un espacio olvidado. Debe ser segura, funcional y estimulante. Cada peso invertido en una barda, un sanitario o una techumbre es un ladrillo más en el edificio del futuro. 

La colonia Constitucional, una de las zonas históricamente olvidadas por otras administraciones, ha sido testigo de esta nueva política pública: más de 27 millones de pesos han sido aplicados en obras públicas, muchas de ellas con impacto directo en la vida escolar. 

Y esto no se detiene. Como parte del Plan de Obra 2025, ya se contempla la adaptación de talleres como aulas en la Preparatoria Técnica Municipal “Manuel Gómez Morín”.  

Es refrescante ver una administración que pone los pies en el aula, que mira a los niños a los ojos y que comprende que el verdadero progreso comienza en el pizarrón. 

UNA ELECCION JUDICIAL MUY COSTOSA 

El pasado 2 de junio se confirmó lo que muchos ya anticipaban: a nadie le interesó la elección judicial en Tamaulipas. La participación ciudadana apenas rozó el 12 por ciento. Un fracaso rotundo en términos de movilización democrática, pero eso sí, un éxito en despilfarro presupuestal. 

Mientras los ciudadanos optaban por el desinterés y el desencanto, las instituciones electorales, particularmente el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM), hacían lo suyo: exigir más dinero. Como si el dinero por sí solo pudiera corregir la apatía. 

El presidente del IETAM, Juan José Guadalupe Ramos Charre, no se cansó de insistir en que los 191 millones de pesos asignados eran “insuficientes” para organizar la jornada electoral destinada a elegir a juezas, jueces y magistrados del Poder Judicial del Estado. Exigía –sin rubor– una partida adicional de entre 70 y 90 millones de pesos más. Como si la respuesta ciudadana estuviera garantizada con más millones. 

Hoy sabemos que, de los 30 millones de boletas impresas, apenas se usaron poco más de 1.9 millones. Más del 89% terminó en bodegas, apiladas como testigos mudos de una elección que nació sin legitimidad y murió sin respaldo popular. Y esos millones de pesos invertidos en papel… no regresarán. 

Lo más grave no es el gasto. Lo verdaderamente alarmante es que a nadie parece importarle. Ni al IETAM, ni al Congreso local, ni al gobierno. Se ve que cuando se trata de elecciones judiciales disfrazadas de participación ciudadana, el dinero fluye sin control, sin importar que el interés social sea prácticamente nulo. 

Y luego preguntan por qué la gente no confía en sus instituciones… ¿Qué no?, NOS LEEMOS.  

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