Por: José Medina
VICTORIA.- El diputado de El Mante, Alberto Moctezuma Castillo informó en su iniciativa que todas las personas, incluidas las que padecen autismo, tienen derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental.
Por eso propuso en sesión pública ordinaria, que las personas beneficiadas
directamente por los servicios educativos de instituciones de los tipos de educación superior y, en su caso, de media superior que así lo establezcan, deberán prestar servicio social o sus equivalentes, en los casos y términos que señalen las
disposiciones legales.
En éstas se preverá la prestación del servicio social o sus equivalentes como requisito previo para obtener título o grado académico correspondiente.
Las autoridades educativas, en coordinación con las instituciones de educación respectivas, promoverán lo necesario a efecto de establecer diversos mecanismos de acreditación del servicio social o sus equivalentes y que éste sea reconocido como parte de su experiencia en el desempeño de sus labores profesionales.
«Las autoridades educativas establecerán convenios con las universidades que imparten las licenciaturas en Psicología, Pedagogía, Educación especial y demás afines, para que los estudiantes que estén por concluir su carrera, realicen su servicio social en las escuelas de educación básica como maestros sombra como requisito para su titulación, esto con la finalidad de eliminar las distintas barreras de aprendizaje de las personas con la condición del espectro autista o trastornos del neurodesarrollo, previa solicitud de los centros educativos y de acuerdo a las necesidades de los mismos, la secretaría de educación pública implementará los mecanismos necesarios, para que durante todo el ciclo escolar se cuente con personas que funjan como maestro sombra», mencionó.
Sin embargo, las personas con autismo a menudo son objeto de estigmatización y discriminación, que incluye la privación injusta de atención de salud, educación y oportunidades para participar en sus comunidades.
Explicó que primeramente, porque los infantes con TEA a menudo tienen deficiencias sensoriales, por lo que las luces brillantes, los gritos de los demás estudiantes o los timbres pueden ser estímulos agobiantes que desatan una ansiedad extrema o comportamientos como la agresión o la autolesión.
Además, los estudiantes pueden tener dificultades para cambiar entre actividades o temas, lo que dificulta planificar y completar diferentes tareas, estudiar para los exámenes, entre otras labores escolares.
Asimismo, las familias se sienten frustradas porque las escuelas no reconocen ni apoyan las necesidades de los niños con autismo.