La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
Hizo agua la estrategia opositora del PAN y el PRI en estos comicios de renovación del Poder judicial. Llamaron a no votar en toda la nación. Quedaron en ridículo con su propuesta toda vez que chocó con los intereses de los gobernadores que aún responden a sus siglas.
¿No votar?
Cuando los gobernadores azules, podían incidir en la elección y fortalecer sus proyectos políticos regionales.
¿Acaso los candidatos no iban a ocupar espacios del Poder judicial en las entidades?
¿Acaso impartir justicia no es una de las obligaciones constitucionales de toda administración estatal?
Nunca la oposición había exhibido tanta impericia.
El odio y el rencor les nubló la vista.
Se colgaron en sus propias contradicciones.
Siete gobernadores no es cualquier cosa.
Eugenia Campos (PAN), Esteban Villegas (PRI), Libia García Muñoz Ledo (PAN), Manolo Jiménez (PRI), Samuel García (MC) Enrique Alfaro (MC) y Teresa Jiménez (PAN) quedaron a la deriva por culpa de sus obtusas dirigencias nacionales.
Por darle prioridad a la estrategia, soslayaron la táctica que les hubiera rendido más y mejores frutos.
¿Cuántos votos hubieran aportado los nueve gobernadores para el PRIAN si se hubieran puesto al servicio del tema?
No pocos.
Pero los cerebros grises de sus líderes, consideraron que oponerse por oponerse a la reforma les redituaría mayores y mejores beneficios políticos.
¿Por qué no mostrarse como un bloque monolítico de gobernadores a las políticas de MORENA y la presidenta Claudia Sheinbaum?
Para los morenistas la elección fue una fiesta.
Los opositores fueron convidados de piedra por su propia voluntad.
Renunciaron a un derecho que legítimamente les correspondía; la maniobra se revirtió en su contra; les estalló en el rostro.
¿Cómo explicar a sus simpatizantes que se equivocaron?
No hay forma.
Con esos dirigentes del PRI y del PAN, no se les augura nada bueno en las elecciones del 2027. Se hace imprescindible el cambio de sus actuales liderazgos; si andan buscando culpables de la derrota no necesitan ir muy lejos: los tienen dentro de sus casas.
Nunca había caído tan bajo, el priismo y el panismo.
Jamás la oposición había estado tan mal equipada para la batalla.
MORENA no es lo mejor; sólo que los otros partidos están peor.
Sheinbaum gobierna sola.
Cada vez más sola.
PAN y PRI: no la chinguen, Claudia nos lleva al autoritarismo y a la dictadura.