La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
Una de las más grandes y estrepitosas derrotas de las oposiciones mexicanas en su historia ocurrió el primero de junio del 2025, con la votación para la elección del Poder judicial. Los residuos de la mafia del poder, las podridas élites económicas y la comentocracia -la prensa y la TV tradicionales- unidos como uno solo, fueron aplastados por el pueblo.
Trece millones de ciudadanos decidieron participar para cambiar.
Las oposiciones se negaron a participar y convocaron a la población a no hacerlo.
Fallaron.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) fue el último búnker de los conservadores.
Se les anunció la reforma y no la creyeron.
Se burlaron de ella.
La magia de la política hizo reformar la constitución de la república, como primer paso para dejar con un palmo de narices a la reacción.
Tan soberbios y sobrados se vieron los ministros -sintiéndose el poder de los poderes- quisieron corregir al Poder judicial y hasta ¡ampararse!, contra una reforma constitucional.
La derrota de julio del 2018 no fue tan dolorosa para los conservadores, como ésta; el arribo de AMLO a la presidencia no los asustó tanto: tenía bajo su control total el Poder judicial que podían manejar a su antojo.
Y así lo hicieron por casi siete años.
La república mutilada, fue remolcada por los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
Los opositores a la IV T se atrincheraron en la SCJN.
Ya no lo están.
Las proyecciones dicen que la Presidencia de la SCJN, recaerá en un integrante de los pueblos originarios. Es como una señal divina para quienes se significaron como autoritarios y racistas.
¿Cómo le caería ese resultado a Lorenzo Córdova?
¿Cómo recibirá el éxito de la reforma Ricardo Salinas Pliego?
Ni la llegada de la IV T a la presidencia, les causó tanto escozor.
Sus balbuceos antigubernamentales se harán más insignificantes: la ciudadanía les quitó el megáfono.
Para dimensionar el tamaño del fracaso, veamos la reacción histérica de los adversarios de la presidencia Claudia Sheinbaum y López Obrador al negarse a la derrota total.
La votación cerró bocas.
Hasta las voces que del extranjero se atrevieron a sugerir la reforma como un paso autoritario que nos hermanará con Cuba y Venezuela; el viejo truco.
Tendremos una SCJN del pueblo.
Se tendrá que barrer de arriba para abajo el Poder judicial.
Eso tiene aterrados a los conservadores.
Por casi un siglo, recibieron las atenciones de un poder que fue suyo.
Ya no más, la justicia para unos cuantos.