Enrique Jonguitud

Ciudad Victoria, 2 de junio. – En la vispera de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, el 5 de junio, Tamaulipas, enfrenta problemas que amenazan su  biodiversidad y la calidad de vida de sus habitantes: desde la contaminación del agua hasta la deforestación y la gestión deficiente de residuos.

El Día Mundial del Medio Ambiente, una iniciativa global impulsada por las Naciones Unidas desde 1974, busca sensibilizar a la población mundial sobre la importancia de proteger el entorno.

Entre los principales problemas ambientales que aquejan a Tamaulipas, destaca la contaminación del agua, ya que  las fuentes hídricas de la entidad, incluyendo ríos, lagunas y la zona costera, sufren de una severa contaminación debido a descargas de aguas residuales sin tratar, vertidos industriales y el uso excesivo de agroquímicos en la agricultura.

Esto no solo impacta la vida acuática y los ecosistemas, sino que también representa un riesgo significativo para la salud pública y la disponibilidad de agua potable.

En el caso de la deforestación y degradación del suelo, la expansión de la frontera agrícola y ganadera, la tala ilegal y los incendios forestales provocan una considerable pérdida de cobertura vegetal en diversas regiones del estado.

Esta deforestación conduce a la erosión del suelo, la pérdida de biodiversidad y la alteración de los ciclos hídricos, haciendo a la región más vulnerable a fenómenos climáticos extremos.

En lo que toca al manejo inadecuado de residuos sólidos, la proliferación de tiraderos a cielo abierto y la falta de infraestructura adecuada para el manejo y reciclaje de residuos sólidos son un problema latente en muchos municipios. 

Esto genera contaminación del suelo y el agua, emisión de gases de efecto invernadero y un impacto negativo en la imagen y salubridad de las comunidades.

Y finalmente en el caso de la contaminación del aire, especialmente en las zonas urbanas e industriales, la emisión de gases contaminantes provenientes de vehículos, industrias y quemas agrícolas contribuye a la mala calidad del aire, afectando la salud respiratoria de la población y contribuyendo al cambio climático.