La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

El artífice de la Reforma del Poder judicial, Andrés Manuel López Obrador, apareció en su natal Tabasco, cumpliendo con su deber cívico votando por la nueva arquitectura democrática que soñó. Se suponía que no podía faltar, a emitir el sufragio a favor de una de las reformas más trascendentes para el Estado mexicano, que se recuerden.
Tamaulipas, cumplió.
A una hora de que se cierren las casillas, el estado vivía una afluencia que sorprendió a muchos. Más, a aquellos que frenéticamente llamaran al pueblo a no participar en el ejercicio de reformar al Poder judicial.
También nos dejó atónitos a quienes manifestamos nuestra voluntad de acudir a participar en esta fiesta democrática.
Mucha gente votando.
Filas de ciudadanos convocados por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el expresidente, Andrés Manuel López Obrador que al acudir a cumplir con su deber cívico declaró “Claudia Sheinbaum, es la mejor presidenta del mundo”.
Es evidente: las comparaciones se dan entre iguales.
Una elección de ministros, magistrados y jueces se debe ponderar con un proceso de ministros, magistrados y jueces; no con comicios constitucionales.
No sumemos, las paridas con las preñadas.
Es un fenómeno inédito en la historia de México. Con menos mesas receptoras, sin representantes de casilla y con un mínimo de observadores electorales. Se confió en la buena fe de los funcionarios de casilla, en los representantes del Instituto Nacional Electoral (INE) y en la participación de ciudadanos con voluntad de ayudar.
La ciudadanía se llevó un diez.
Acaso faltó información de cómo votar.
Muy probablemente al INE le faltó propiciar la participación, pero en general esa institución sacó el buey de la barranca ante lo desconocido que acarreó la novedad y la sorpresa de un electorado azorado que desplegaba una tarea jamás vista.
Los candidatos, limitados por las reglas de promoción no salieron a darse a conocer sin violentar la norma de la autoridad electoral.
Si a alguien o a algo, hay que responsabilizar de las debilidades de estos comicios es el reto que representó enfrentar el nuevo desafío para el inicio de la construcción de esta flamante cultura política que todos estamos perfilando.
Las casillas que alcancé a ver en ciudad Victoria y en el sur de Tamaulipas, estaban concurridas y votando pacíficamente. Lo que me hace inferir, que sea cual sea el resultado -sé que será un triunfo ciudadano- es importantísimo en el necesario proceso de delineamiento de ciudadanía en Tamaulipas.
El Poder judicial, se renovará para bien.
Y eso hay que valorarlo.
No importa si elegimos a panistas, priistas y morenistas.
La Reforma al Poder judicial, ya está en marcha.