La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

El PRIAN se ha sumado a los detractores de la Reforma Judicial de la presidenta, Claudia Sheinbaum. Son diversas causas, lo han hecho públicas, que no les agradan a los opositores de ese proyecto de renovación de los hombres y mujeres que administran la justicia.
Unos llaman a no votar, porque dicen, es una farsa debido a que se impondrá el fraude electoral eligiendo a los funcionarios judiciales “propuestos por el gobierno”.
Para ser honestos, son pocas las voces a quienes no les gusta que el pueblo participe en esa nueva experiencia en el México contemporáneo en Tamaulipas.
La retórica opositora es tan frágil y tan poco fundamentada, que trasuda una conducta opositora para justificar sin esforzarse su posición en el espectro político.
No traen sustancia en sus planteamientos.
El titular de la Fundación Colosio, y exdirigente tamaulipeco del PRI, Ramiro Ramos acaba de posicionar su opinión, sobre lo que considera perniciosa la Reforma Judicial.
“Ya fueron electos por el gobierno todos los jueces; los ganadores de la elección ya están, sólo falta el proceso”.
“No existe autonomía en la elección”.
“13 mil millones de la elección es elevado”.
“Debe atender el gobierno obras problemáticas urgentes como la escasez de medicinas o haber impulsado el acueducto en ciudad Victoria”.
Una de sus críticas más severas se centró en la distracción de abogados del Poder judicial, que son candidatos y se han desvinculado de sus tareas.
¿Será cierto?
Al parecer, no.
Todos los candidatos, pasaron una serie de filtros: presentaron documentación, cartas de recomendación, experiencia, idoneidad; a ello añadían, para participar, ser propuestos por el Poder judicial, el Poder legislativo o el Poder ejecutivo.
Luego venía una escrupulosa y cruce de datos.
Quienes no superaron esos filtros, no pasaban a la lista que iría a las urnas.
Todo bajo el criterio de equidad de género.
Luego el azar haría lo suyo para finalmente que los ciudadanos decidan.
Lograron superar todos esos obstáculos -por llamarlos de alguna forma- hasta representantes de la derecha más nefasta. (Norma Piña la tristemente célebre ministra de la SCJN, también tuvo el derecho de proponer candidatos).
¡Hay hasta gente del expresidente Calderón!
¡En Tamaulipas, hasta personeros del exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca van a la elección!
¿Dónde está la parcialidad?
¿Hay algún indicio de intervención dolosa del gobierno?
Lo de considerar un gasto excesivo, la inversión en el proceso es verdaderamente alucinante. Ni caso tiene aclararlo; es repugnantemente fascista el argumento.
Votemos y hagamos a un lado esas mezquindades de los conservadores.