La elección judicial de 2025: una farsa que no debemos validar.

Por Luis Enrique Arreola Vidal.

México, tierra de promesas traicionadas, está al filo del abismo.

Este 1 de junio de 2025, se nos convoca a participar en lo que llaman “elección judicial”.

Pero no se trata de una elección: es un asalto disfrazado de democracia, una farsa diseñada para capturar el Poder Judicial y someterlo al control político del régimen en turno.

Nos piden marcar una boleta manipulada, avalar un proceso podrido desde su raíz, validar con nuestra participación una pantomima plagada de trampas, listas a modo, infiltraciones criminales y acordiones distribuidos por el oficialismo donde ya aparecen los nombres de los jueces que habrán de obedecer al poder, no a la ley.

Nos están tendiendo una trampa. Y la única salida digna es esta: ¡no votes!

Una elección ilegal, ilegítima y diseñada para someter.

Esta elección judicial está viciada desde su origen.

•   Los trabajadores judiciales han sido despojados de sus derechos. Pensiones y estabilidad fueron barridas de un plumazo para imponer jueces obedientes, no independientes.

•   Los ciudadanos hemos perdido el derecho a contar los votos. Por primera vez desde 1994, el INE —estrangulado por reformas autoritarias— retoma el control del conteo, eliminando los comités ciudadanos y destruyendo la confianza pública.

•   Los filtros de selección son una burla. Comités evaluadores que premian la lealtad política, no la excelencia judicial. Sorteos opacos. Candidatos con historial partidista o nexos criminales. Todo hecho en lo oscurito, sin observadores independientes.

¿Esto es democracia? No. Esto es captura institucional.

El crimen toca la puerta de la justicia

Reportes alarmantes han revelado la presencia de candidatos ligados al crimen organizado. La sombra del narco no solo acecha, ya pisa el umbral del sistema judicial.

¿Vamos a avalar, con nuestra participación, que los jueces de México puedan tener padrinos políticos o criminales?

¿Vamos a permitir que los magistrados respondan a intereses oscuros en lugar de defender la Constitución?

Votar en estas condiciones no es un acto democrático, es un acto de complicidad.

Que nuestra ausencia sea un rugido.

Nos quieren hacer creer que no votar es rendirse.

¡Falso!

Hoy, no votar es resistir. Es desobedecer con dignidad. Es deslegitimar lo ilegal.

El silencio puede ser ensordecedor. Y cuando el sistema es corrupto hasta la médula, la abstención es el único lenguaje que el poder no puede manipular.

La participación proyectada por el propio INE —entre 8% y 15%— sería la evidencia de que el pueblo repudia la farsa. (Esta estadística no está pensada para la ciudadanía sino para comprobar el poder de movilización de Morena)

Y esa baja participación abre la puerta a la nulidad. Porque una elección sin representatividad, como lo ha reconocido la jurisprudencia internacional, es un cadáver democrático.

La anulación: el camino legítimo.

La elección puede y debe ser anulada.

•   Por violar el artículo 38 constitucional, al permitir candidatos vinculados al crimen.

•   Por contradecir la Convención de Palermo sobre participación política libre de corrupción.

•   Por eliminar los derechos adquiridos de trabajadores judiciales.

•   Por impedir el conteo ciudadano, violando la cadena de confianza electoral.

La sociedad civil, organismos como el Observatorio Electoral Judicial, Coparmex, y la comunidad internacional deben exigir la nulidad.

El precedente de Michoacán 2024, donde se suspendió una elección judicial por irregularidades, nos demuestra que hay jueces dispuestos a actuar.

¡Apoyémoslos con nuestra presión, no con nuestra complicidad!

No a la simulación, sí a la dignidad.

¿Qué va a pasar con todos aquellos candidatos engañados?

Nos quieren convencer de que esta elección “democratiza” la justicia.

En realidad, la prostituye. Quieren convertir al juez en peón. Al magistrado en soldado del partido. A la justicia en sirvienta del poder.

Cada boleta marcada es un clavo en el ataúd del Estado de Derecho.

Cada voto emitido en esta farsa, una firma en el contrato de sumisión.

¡No votes, México!

Este 1 de junio, que nuestra ausencia sea un terremoto.

Que la abstención consciente sea un acto de rebeldía.

Que cada ciudadano que no acuda a las urnas lo haga con la frente en alto y la convicción firme: la justicia no se negocia, no se doblega, no se vende.

¡No votes! Y juntos, hagamos historia.

Deslegitimemos lo ilegal.
Defendamos lo que somos: un pueblo libre, digno y valiente.