La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
Grandes desafíos enfrentan los alcaldes de la zona sur de Tamaulipas. La inversión de casi 20 mil millones de pesos de la administración estatal, en infraestructura urbana detonará el crecimiento y el desarrollo de la zona.
Para ser claros, sólo Tampico está a la altura de esa monumental inyección de recursos.
Altamira y Madero tiene, y ha tenido, administraciones municipales que se perdieron en la superficialidad y en el desinterés oficial para incentivar sus potencialidades.
Se quedaron en el pasado de ineficiencia y corrupción que frenó el progreso de esos dos importantes municipios que pudieron ser polos de desarrollo, pero no lo fueron por tener alcaldes con visión de sociedades atrasadas y mentalidades pequeñas.
Madero con una playa espectacular, sigue siendo una de las más inseguras del mundo: múltiples ahogados en sus playas, el deterioro de la infraestructura -palapas que parecen sacadas del basurero y sillas de país bananero- y la limpieza cada vez más omisa, hace de ese patrimonio público una muestra palpable del olvido del jefe edilicio, Erasmo González Robledo.
Pero Madero no sólo es la playa.
Las colonias que circundan la refinería Francisco I. Madero viven en constante asedio por los gases contaminantes de esa factoría. Y a diario sufren problemas en el abasto de agua potable.
Del drenaje, mejor es no hablar.
¿Cómo va a coexistir la modernidad urbana del segundo piso de la avenida Hidalgo con el tercermundista atraso en que tiene Erasmo a la ciudad?
Un cuadro surrealista: los maderenses sin agua potable, viendo un majestuoso segundo piso cruzar Tampico, el orgullo del sur.
En tanto, las principales calles de Madero pavimentadas por el lodo de las aguas negras.
Altamira no está del todo bien.
Vecinos iracundos enfrentaron al alcalde, Armando Martínez Manríquez por la sensible razón de que tienen casi una semana sin agua en la red de suministro.
En efecto: en Altamira, una ciudad rodeada de vasos lacustres y alimentada por la Cuenca del Guayalejo, no puede dotar a sus ciudadanos del vital líquido.
Algo está pasando para que se haya generado esa fatalidad.
¿No funciona la Comapa?
¿Dónde está la capacidad de gestión del presidente municipal Martínez Manríquez?
¿Cómo se insertará en esas muestras de progreso -segundo piso sobre la avenida Hidalgo, miles de millones de pesos en la industria hotelera y el teleférico Tampico-Veracruz- la industrial Altamira?
Sería conveniente, que el gobierno estatal, invitara a los alcaldes de Madero y Altamira a incorporarse a los proyectos de modernización. Convocarlos a trabajar por el desarrollo de sus ciudades, para no quedarse a la zaga.
Es necesario desarrollar la infraestructura urbana.
Como también, son obligados el desarrollo y la eficacia de sus gobiernos municipales.