Reflector/ Gilda R. Terán.

Hoy más que nunca, la máxima del filósofo Platón, es una constante para elevar el espíritu
y alegrar el corazón, pues el adagio de que “La música es para el alma lo que la gimnasia
para el cuerpo”, ha encontrado un camino para alcanzar metas brillantes.
Ya que recientemente los alumnos de la escuela primaria Epigmenio García, en su
participación del Concurso Nacional de rondallas en la ciudad de Puebla, con su magistral
interpretación al ritmo de “El color de tus ojos” arrasaron y trajeron para Tamaulipas el
primer lugar nacional en esta disciplina de bellas artes.
Y todo esto es en conjunto con el esfuerzo de la batuta del Profesor de Música Jesús
Montalvo Castillo, quien siempre imprime con el corazón, todos sus conocimientos, para
fomentar en los infantes el amor a esta disciplina musical.
En esta fiesta de competencias por la música, uniendo voces infantiles, los alumnos de la
primaria Epigmenio García, robaron el corazón, con sus magistral interpretación de esta
rola musical muy reconocida “El color de tus ojos”, obteniendo un arrollador primer lugar
para Tamaulipas.
Sin duda alguna, que el Secretario de Educación Miguel Ángel Valdez García, quien le
apuesta al común denominador de quienes han entregado la vida a la docencia, por
vocación, y que en sus estrategias esta incluir una educación en valores para los infantes
para conformar un acervo cultural que les motive el día de mañana en sus metas.
Por lo que, seguramente que estos niños cantores y triunfadores del Festival de Puebla,
seguirán siendo impulsados, para perfeccionar el arte de la música, ya que en esta
disciplina no existen fronteras, felicidades para esta rondalla infantil de esta primaria
Epigmenio García.
Y es que la música, también infunde tolerancia y paciencia, virtudes que cada día se
vuelven escasas en nuestra sociedad, nos enseña a controlar la frustración, a fortalecer la
voluntad, a valorar el esfuerzo necesario para alcanzar nuestros objetivos.
Consideremos que el llevar a los niños a la cultura musical donde, de manera lúdica,
aprendan, se diviertan y se estrechen más los lazos de amistad, fraternidad, respeto,
empatía y amor por el prójimo entre otras cosas; es un acto de bondad y de empatía para
cultivar valores en su corazón.
Pero eso que resulta por demás natural, que se produzca sorprendentes mecanismos
neuronales, es por eso que desde las neurociencias nos hacemos muchas veces esta
pregunta: ¿qué le hace la música a nuestro cerebro?

Verá usted, escuchamos música desde la cuna o, incluso, en el período de gestación, los
bebés, en los primeros meses de vida, tienen la capacidad de responder a melodías antes
que a una comunicación verbal de sus padres.
Y es que el efecto tonificador de los sonidos musicales suaves los relaja, se sabe, por
ejemplo, que niños prematuros que no pueden dormir; son beneficiados por los latidos de
la madre o sonidos que los imitan.
Además de está considerada entre los elementos que causan más placer en la vida, libera
dopamina en el cerebro, proporcionando etapas placenteras de bienestar, en donde se
impulsa la creatividad.
Pero la música también parece ofrecer un nuevo método de comunicación arraigada en
emociones, investigaciones muestran que lo que sentimos cuando escuchamos una pieza
musical es muy similar a lo que el resto de la gente en el mismo lugar está experimentando,
es por eso que se traspasa fronteras.
Por eso las melodías, en muchos de los casos, pueden trabajar en nuestro beneficio a nivel
individual, al modular el estado de ánimo e incluso la fisiología humana, de manera más
eficaz que las palabras, en si la música es un bálsamo emocional, y espiritual.
Y nos hace disfrutar de tiempos placenteros, nos estimula a recordar hechos del pasado, nos
hace compartir emociones en canciones grupales, conciertos o tribunas deportivas,
haciendo honor a este adagio que dice “La música es para el alma lo que la gimnasia para
el cuerpo”.
Nos vemos hasta la próxima.
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