El Patinadero

Juan Antonio Montoya Báez

En el interior de la 4T no son pocos los que descalifican el trabajo del Secretario de Obras Públicas, PEDRO CEPEDA ANAYA, al ser uno de los personajes más miserables y ambiciosos del gabinete.

Su último negocio fue la adquisición de un paquete de semáforos para ciudad Victoria, donde se llevó algo más que un diezmo de un contrato por algo más de 160 millones de pesos.

PEDRO asumió con mucho interés el proyecto de los semáforos de inmediato le brillaron los ojos y aceptó la propuesta, la tomó como suya.

No deja proyecto chico y grande que se le escape, como dicen comúnmente no le gustan los títeres con cabeza, siempre aprovecha lo que cae en sus manos.

Sin embargo, el más grande negocio de su vida es la privatización de Rumbo Nuevo, una obra hecha por los gobernadores priístas MANUEL CAVAZOS LERMA y TOMÁS YARRINGTON RUVALCABA.

En la era del PRI, cuando robaban más, pero también se invertían de la misma manera, con la premisa de que en la obra siempre sobra.

Ahora de golpe y porrazo, decidieron privatizar una carretera que fue construida con recursos públicos.

Una carretera por la que circulan miles de autos diariamente, de la cual se apoderó PEDRO ANAYA para su explotación personal al entregarla en un contrato amañado a una empresa de la ciudad de México.

Es una de las constructoras más poderosas, pero a la cual entra en calidad de socio, no puede ser de otra manera, un negocio y un contrato de tal magnitud no se le escapa a nadie.

CEPEDA ANAYA es un hombre tan meticuloso que limpio el negocio a los empresarios que se convertirán en dueños de una carretera que era propiedad de los tamaulipecos y un legado del partido que tanto odian y señalan como una organización de corruptos, como lo era el PRI.

Es por eso que presionó a los ejidatarios para obtener a un precio irrisorio las tierras que se necesitan para las instalaciones de la empresa que ahora es dueña del patrimonio de los tamaulipecos.

De acuerdo a la información pública, la Secretaria de Obras Públicas indemnizó a los ejidatarios con un monto total de 25 millones de pesos. 

El pago es para los afectados de 5 ejidos por 152 hectáreas ocupadas. 

El pago incluye también a algunos propietarios privados, quienes recibirán alrededor de 80 mil pesos por hectárea, sumando un total aproximado de 12 millones 160 mil pesos. 

Apenas 80 mil pesos por hectárea para un negocio que representa miles de millones de pesos, por la venta de una carretera construida con recursos públicos.

Lo que es la vida, un trailero provocó un accidente que provocó la destrucción de lo que será la caseta de cobro.

Ojalá y los actos de corrupción se paralizarán tan pronto con el choque de un tráiler, es un accidente que pone en evidencia la ambición de un Secretario que medra.

La privatización de una carretera que fue construida y mantenida durante sexenios con dinero público es un robo, no hay otra manera de llamarlo.

Fue un tráiler milagroso que paralizó al menos unas semanas o meses el robo de una carretera que garantiza el futuro de un secretario y varias generaciones. No, nos alegra el accidente, tampoco el susto del chofer, no resultó con lesiones graves, pero sí que paralizará una injusticia.

Algunos líderes de Morena y funcionarios públicos opinan que amar es desear el bien a Tamaulipas, tanto cuando se está al frente de una dependencia, pero también cuando se deja.

Recuerden que hasta los morenistas pagarán la cuota que pudiera llevarlos a un rumbo nuevo en las próximas elecciones.

Bueno, por hoy es todo.

Adiós y aguas con los patinazos…

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