#DESDELAFRONTERA  

POR PEDRO NATIVIDAD  

En Nuevo Laredo, la obra pública no descansa. Bajo el liderazgo de la presidenta municipal Carmen Lilia Canturosas Villarreal, la ciudad vive una etapa de transformación con una visión clara: construir un mejor futuro para las y los neolaredenses desde sus cimientos. 

Desde su llegada al gobierno municipal, Carmen Lilia ha demostrado que el progreso no es solo discurso, sino acción concreta. Prueba de ello es la inversión histórica que se ha destinado al sector educativo, donde se ha entendido que fortalecer las escuelas es invertir directamente en la niñez y en el porvenir de la ciudad. 

La semana pasada, la alcaldesa encabezó la entrega de importantes obras en dos jardines de niños de las colonias Granjas Regina e Insurgentes, reafirmando su compromiso con el desarrollo educativo. En la primera, se construyó una nueva barda perimetral en el Jardín de Niños “Rafael Tijerina Carranza”, con una inversión de más de 837 mil pesos, brindando seguridad y dignidad a la comunidad escolar. En la segunda, se entregaron dos aulas nuevas, sanitarios y una entrada digna en el jardín “Héroes Insurgentes”, con una inversión superior a los 2 millones de pesos. 

Estas acciones no son hechos aislados. Tan solo en la colonia Granjas Regina, entre 2021 y 2024 se han invertido más de 25 millones de pesos en infraestructura pública. Y en la colonia Insurgentes, más de 8 millones. Son cifras que hablan por sí solas, y que reflejan una política pública enfocada en resultados tangibles. 

Pero la visión de Carmen Lilia no se limita al presente. Con la mirada puesta en el futuro, el gobierno municipal ya ha destinado un presupuesto superior a 153 millones de pesos exclusivamente para infraestructura educativa en 2025. Un compromiso contundente que confirma que, en Nuevo Laredo, la educación no se improvisa, se construye con responsabilidad y visión de Estado. 

La transformación está en marcha. Y aunque falta camino por recorrer, nadie puede negar que, bajo la administración de Carmen Lilia Canturosas, Nuevo Laredo se está levantando, con obras que generan bienestar, desarrollo y esperanza. 

AMERICO, UN ALIADO FIRME DEL CAMPO

Mientras muchos mandatarios estatales apenas esbozan una agenda rural, el gobernador Américo Villarreal trabaja intensamente y con resultados, en favor de los productores del campo y la soberanía alimentaria del país, alineado plenamente con el proyecto nacional de la presidenta Claudia Sheinbaum. 

Este sábado, durante una intensa jornada de cinco horas en Casa Tamaulipas, Villarreal Anaya y el Secretario de Agricultura federal, Julio Berdegué Sacristán, sostuvieron una reunión de trabajo con representantes de los distritos de riego 025 y 026, así como con productores de sorgo y maíz. No fue un encuentro simbólico. Se lograron acuerdos concretos en materia de créditos, seguros y comercialización que darán un respiro y nuevas oportunidades al campo tamaulipeco. 

El propio Secretario Berdegué fue claro al reconocer el papel de Américo: “Tienen un gobernador que no solo está atento, sino que se relaciona con el gobierno federal para hacer alianzas y compromisos en beneficio de sus productores”. Sus palabras no fueron una cortesía política, sino el reconocimiento a un mandatario que, según dijo, es de los pocos, que constantemente le llama, le informa y le presiona para atender las necesidades del agro. 

Mientras la sequía, la volatilidad de precios y la incertidumbre climática representan retos diarios para campesinos, agricultores y ganaderos, Américo no solo escucha, sino que actúa. Su cabildeo constante en las dependencias federales no es un gesto aislado; es una estrategia bien trazada que lo distingue entre sus pares. 

Américo ha decidido recorrer junto al pueblo que cultiva la tierra, no desde la retórica, sino desde la acción. En Tamaulipas, el campo tiene voz. Y esa voz hoy se escucha fuerte en Palacio Nacional. 

LA CRISIS DEL GANADO, HABRIA CARNE MAS BARATA 

Por años, los productores ganaderos de México, particularmente en estados fronterizos como Tamaulipas, han encontrado en la exportación a Estados Unidos una válvula de escape ante un mercado interno limitado y volátil. Hoy, esa válvula se ha cerrado de golpe: el gobierno estadounidense suspendió desde el 11 de mayo las importaciones de ganado en pie debido a la detección del Gusano Barrenador. 

Aunque el efecto inmediato podría parecer una buena noticia para los consumidores locales, con la carne bajando temporalmente de precio al haber más oferta que demanda, en realidad estamos ante la evidencia más reciente de una crisis profunda y estructural que tiene responsables claros, y no, no están en Washington. 

Es fácil, y políticamente conveniente, culpar a Estados Unidos por imponer restricciones. Sin embargo, el verdadero problema está en casa. El gobierno mexicano ha abandonado el campo durante décadas: sin inversión, sin vigilancia sanitaria rigurosa, sin apoyo técnico a los productores. Más aún, permitió el ingreso de cárnicos provenientes de países sudamericanos sin las debidas restricciones sanitarias, abriendo la puerta a la propagación de plagas como el Gusano Barrenador. 

Este descuido no solo compromete la sanidad animal, sino que pone en riesgo uno de los sectores más estratégicos de la economía rural. Los ganaderos de Tamaulipas, que exportan hasta 150 mil cabezas de ganado cada año, ven amenazado su sustento por una decisión que, aunque dura, responde a protocolos de sanidad internacional que México no cumplió. 

Si queremos evitar que esta situación se repita, no basta con esperar que el «vecino del norte» reabra su frontera. Es hora de asumir responsabilidades, invertir en sanidad e infraestructura, y exigir al gobierno mexicano que deje de ver al campo como una nota al pie del presupuesto. De lo contrario, el precio que bajará no será solo el de la carne, sino también el de la dignidad de nuestros productores… ¿Qué no?, NOS LEEMOS.  

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