La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

El Congreso del Estado, dejó de ser la arena política para el debate de ideas y proyectos de los legisladores y a quiénes representan. De un tiempo acá, la paz ha sido el signo de la vida parlamentaria en Tamaulipas.
El líder de la mayoría de MORENA y aliados, diputado Humberto Prieto vive un periodo de aguas tranquilas.
El PAN y sus principales militantes -Ismael García Cabeza de Vaca y Gerardo Peña- se dan por bien servidos cada quince días que cobran sus dietas y esporádicamente presentando iniciativas que se fusilan de sus colegas de otras entidades.
De ahí en fuera: nada.
El PRI igual.
Nada que destacar.
El MC está en una situación de espera permanente.
Pocas veces había existido tanto silencio en ese espacio tradicionalmente ocupado por diputados bravos para la polémica y la confrontación política.
Tiempos de gloria aquellos en que los legisladores del PAN, Jorge Angel Camargo y del PSUM, Elpidio Tovar y antes del PARM, José de la Paz Bermúdez, hacían temblar al Ejecutivo con sus intervenciones.
Había unos agarrones que aún hoy se recuerdan.
Las cuentas públicas de los alcaldes eran escrupulosamente estudiadas por los grupos parlamentarios y el menor asomo de malos manejos en las instituciones públicas eran blanco de la vigilancia del Poder legislativo.
Las asistencias de los miembros del gabinete del gobernador, eran recibidos en el recinto con respeto; pero al momento de los cuestionamientos, el PRI a duras penas defendía a su compañero de partido, mientras que las oposiciones los ponían en aprietos con pulcros argumentos.
Es un ajercicio republicano que se extraña.
Tanto los diputados de antaño como los civilizados encontronazos entre los diferentes grupos parlamentarios.
Hegemonía que no se manifesta en la práctica, no es hegemonía.
Las minorías tienen derechos, sin duda.
Las mayorías, también ejercen su presencia con responsabilidad y ejercicio democrático.
En todo momento la tranquilidad debe generar frutos de la hegemonía; de lo contrario se está torciendo uno de sus principios básicos.
Es el momento de MORENA.
La agenda parlamentaria debe agilizarse.
Por años, estuvo con el pie en el cuello.
Ahora el Congreso local, debe retomar su función reguladora de la vida pública tamaulipeca.