Varios de los dirigentes de las organizaciones campesinas coincidieron en señalar luego de salir de la Casa de Gobierno que quieren hechos en lugar de las lisonjas que expresó el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Julio Berdegué Sacristán el pasado sábado durante la reunión en donde se formalizó un Plan Estratégico de Acción para tratar de rescatar la producción agropecuaria de la entidad.
Y es que el titular de la Sader se “desvivió” por resaltar la gestión que ha hecho el gobernador Américo Villarreal Anaya para paliar el impacto negativo que ha tenido la sequía en el campo y la amenaza del gusano barrenador en la ganadería tamaulipeca.
Berdegué Sacristán se comprometió a que desde esta misma semana se entregarán varias toneladas de fertilizantes entre los productores tamaulipecos, además de simplificar los trámites para que obtengan apoyos gubernamentales.
El funcionario federal no mencionó nada acerca de las negociaciones que realiza el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para que se reanude la exportación de ganado mexicano a los Estados Unidos, cuya suspensión ha causado la pérdidas de más de 170 millones dólares, según el Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Ninguno de los ganaderos que asistieron a la reunión con Berdegué Sacristán creyó su versión de que los Estados Unidos fue el culpable de que “reapareciera” la plaga del gusano barrenador en territorio mexicano, sobre todo después de que poco a poco se conocen las omisiones que se cometieron durante el sexenio de López Obrador.
En 2020 el gobierno de López Obrador realizó un estudio técnico sobre las consecuencias de un posible rebrote de esta plaga que afecta al ganado luego de que se había cerrado la planta productora de moscas estériles en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, sin embargo, no hubo ninguna medida gubernamental ante ese escenario que hoy afecta a la ganadería del país.
Ahora, dirigentes de la CNA piden al gobierno federal que se avoque a construir una nueva planta productora de moscas estériles para combatir en el futuro cercano al gusano barrenador, luego de que las instalaciones de la antigua productora se convirtieron en un cuartel de la Guardia Nacional.
Afirman que hay investigadores mexicanos con los conocimientos necesarios para producir las moscas estériles en nuestro país, en lugar de esperar que el gobierno de Estados Unidos le pegue la gana de responder a la demanda que hizo el titular de la Sader.
Y hablando de nuestros vecinos del norte, el nuevo embajador de Estados Unidos en México, Ronald Douglas Johnson llegó el pasado jueves a nuestro país y fue recibido por el Jefe de la Unidad para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Roberto Velasco Álvarez en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Douglas Johnson será recibido hoy por la presidenta Sheinbaum Pardo en Palacio Nacional, por lo que se espera una nueva relación más cercana luego del distanciamiento que se tuvo con el anterior embajador Ken Salazar, quien se atrevió a criticar abiertamente la gestión de López Obrador.
Y aunque Douglas Johnson tiene experiencia diplomática porque antes fue embajador de Estados Unidos en El Salvador, se espera una relación bilateral sumamente difícil y caótica ante la política exterior del presidente Donald Trump, quien ha tomado decisiones que han sido cuestionadas por la doctora Sheinbaum Pardo, como es el caso de la aplicación de un impuesto del 5% a las transferencias de remesas que envían nuestros paisanos a sus familiares en nuestro país.
Afortunadamente, en Estados Unidos existe una oposición fuerte y decidida que ha frenado las controvertidas políticas del presidente Trump, como se puede constatar en el hecho de que los legisladores demócratas, con ayuda de varios republicanos, que integran el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes (Cámara de Diputados), rechazaron esta medida recaudatoria del paquete económico del mandatario estadounidense.
A propósito, algunos incautos creyeron que el revés que sufrió el presidente Trump había sido por las “amenazas” que había lanzado la presidenta Sheinbaum Pardo en contra de la aplicación del 5% a las remesas de nuestros compatriotas, incluso varios morenistas, en redes sociales, dijeron que estaban dispuestos a participar en las movilizaciones propuestas por la mandataria para rechazar esta voracidad recaudatoria.
Y más cuando la doctora Sheinbaum Pardo expresó durante la tradicional conferencia del pueblo del pasado 16 de mayo que: “nosotros vamos a proteger a las familias mexicanas y a las familias de mexicanos allá. No estamos de acuerdo con esa medida. Es inconstitucional, incluso en Estados Unidos, porque se cobraría doble impuesto”.
De regreso con el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, no se descarta la posibilidad de que el presidente Trump presione a los legisladores republicanos para que volteen su voto y logre gravar las transferencias de las remesas que hacen nuestros compatriotas, pero como dice el viejo refrán: “palo dado, ni Dios lo quita”, por lo que seguramente la voracidad recaudatoria del paquete económico del mandatario estadounidense quedará como un anécdota en la relación bilateral entre México y Estados Unidos.
Es por eso, que se prevé que la gestión del embajador Douglas Johnson será difícil y caótica porque no debemos olvidar que él está a favor de la intervención unilateral de las fuerzas armadas de Estados Unidos en contra de los cárteles de la droga de México porque son una amenaza para la seguridad y el bienestar de la sociedad estadounidense.
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