#DESDELAFRONTERA
POR PEDRO NATIVIDAD
Por muchos años, el discurso del progreso se ha centrado únicamente en el desarrollo económico e infraestructura. Sin embargo, una ciudad que verdaderamente crece no solo lo hace en calles pavimentadas o en edificios nuevos, sino también en espíritu, identidad y creatividad. Por eso, es esencial reconocer que el arte y la cultura no son un lujo, sino un componente vital para el desarrollo integral de cualquier comunidad.
Los gobiernos que entienden esto, como el encabezado por Carmen Lilia Canturosas Villarreal, marcan una diferencia real. La presidenta municipal ha dejado claro que su visión de crecimiento para Nuevo Laredo incluye a quienes transforman a través de la pintura, la danza, la música, el teatro y todas las expresiones que nos conectan con lo que somos y lo que aspiramos a ser.
Como muestra de este compromiso, se ha lanzado la convocatoria para la beca “Juntos por el Desarrollo Cultural 2025”, una iniciativa que busca fortalecer el trabajo de las y los artistas neolaredenses. Esta beca no solo es un apoyo económico: es una declaración de principios. Reconoce que el arte tiene el poder de transformar entornos, formar ciudadanos más empáticos y críticos, y generar cohesión social.
El llamado es para todos los creadores y ejecutantes que colaboran con la Dirección de Arte y Cultura en diversas disciplinas. Desde cuentacuentos hasta músicos, desde actores hasta bailarines, todos son parte del entramado cultural que le da sentido y corazón a una ciudad.
La convocatoria estará abierta hasta el 30 de mayo y puede consultarse a través del sitio oficial del Gobierno Municipal: www.nld.gob.mx.
Impulsar el arte es también impulsar el pensamiento libre, la memoria colectiva y la esperanza. Carmen Lilia lo entiende, y por eso hoy, además de construir una ciudad más fuerte, está ayudando a construir una ciudad más humana.
SE AGRAVA CASO DEL GUSANO BARRENADOR
Mientras el gobierno mexicano se pregunta, con fingida sorpresa, por qué Estados Unidos decidió cerrar su frontera al ganado nacional debido al gusano barrenador, la verdadera interrogante debería ser otra: ¿por qué México no ha hecho nada efectivo para detener esta plaga?
La reciente decisión del gobierno estadounidense de suspender, de manera inmediata, la importación de ganado vivo, caballos y bisontes desde México responde a una razón simple y contundente: el incremento alarmante de contagios por el gusano barrenador, un parásito letal para el ganado que puede devastar la economía pecuaria si no se controla a tiempo. Esta medida afectará directamente a Tamaulipas, donde se estima que dejarán de cruzar semanalmente unos 600 becerros. Y sí, es un golpe fuerte para los productores locales, pero no podemos fingir que no lo vimos venir.
Desde el inicio del gobierno de Morena, muchos recursos han sido recortados, particularmente en el sector agropecuario. Se presume que programas como Sembrando Vida están transformando el campo, pero ¿de qué sirve dar dinero a los productores si no se les enseña a sembrar, a producir de manera sostenible o a enfrentar las amenazas sanitarias del sector?
En lugar de reforzar la sanidad animal, capacitar a los productores y fortalecer las campañas de control de plagas, el gobierno optó por la dádiva fácil. Hoy vemos las consecuencias: una crisis fitosanitaria que amenaza con escalar si no se actúa con urgencia.
El gusano barrenador no apareció de la noche a la mañana. Su presencia en territorio mexicano es señal de negligencia, abandono y falta de políticas públicas efectivas en el sector rural. Y lejos de asumir responsabilidades, el gobierno busca culpables fuera, cuando el verdadero problema está dentro de casa.
Ya basta de discursos vacíos. Urge que el gobierno se sacuda la pasividad y retome el control del campo. No se trata de regalar dinero, sino de dotar a los productores de herramientas, conocimientos y asistencia técnica para que puedan producir con calidad y enfrentar las amenazas que comprometen su sustento… ¿Qué no?, NOS LEEMOS.
Comentarios [email protected]