Columna Opinión Económica y Financiera.

Dr. Jorge A. Lera Mejía.

La decisión del gobernador Américo Villarreal Anaya de iniciar actividades de reparación, bacheo y construcción de carreteras en Tamaulipas representa un giro fundamental en la política de inversión pública estatal, tras varias décadas de rezago y abandono en este rubro. Esta iniciativa es crucial no solo para mejorar la infraestructura vial, sino también para impulsar el desarrollo económico, la seguridad y la calidad de vida de los tamaulipecos.

Durante años, la red carretera estatal y federal en Tamaulipas sufrió una disminución constante en la inversión, lo que provocó el deterioro de caminos y carreteras esenciales para la movilidad y el comercio. Informes oficiales muestran que, en el sexenio anterior, la inversión federal en carreteras federales libres de peaje fue la más baja en la última década, agravando el problema tras fenómenos meteorológicos como la tormenta tropical «Alberto» que dañó aún más la infraestructura existente. Este abandono generó condiciones precarias en rutas clave, afectando tanto a zonas urbanas como rurales y limitando el desarrollo regional.

En respuesta, el gobierno de Américo Villarreal Anaya ha destinado para 2025 una inversión de 380 millones de pesos para la rehabilitación de 3,500 kilómetros de carreteras estatales, priorizando tanto caminos rurales como tramos urbanos. Aunque esta cifra es menor a la ejercida el año anterior (700-800 millones de pesos), representa un esfuerzo significativo en el contexto de recursos limitados y necesidades acumuladas. Además, la administración estatal ha garantizado que la obra pública llegue a los 43 municipios de Tamaulipas, asegurando una cobertura integral y equitativa.

La rehabilitación y modernización de las carreteras tiene impactos directos en la economía local y regional. Mejorar la conectividad facilita el comercio, reduce los costos logísticos y promueve la atracción de inversiones. Municipios estratégicos como Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, que concentran actividad industrial y comercial, se benefician especialmente de estas obras, al igual que las comunidades rurales que dependen de caminos en buen estado para acceder a servicios básicos y mercados.

Por otro lado, el mejoramiento de las vialidades contribuye a la seguridad vial, disminuyendo accidentes y facilitando la movilidad de cuerpos de emergencia. También fortalece la seguridad pública, al permitir una mejor respuesta y patrullaje en zonas vulnerables.

El impulso a la obra pública carretera bajo el liderazgo de Villarreal Anaya ha sido posible gracias a la gestión y coordinación con el gobierno federal, lo que ha permitido la asignación de recursos adicionales y la ejecución de proyectos estratégicos como el Libramiento del Mante y el Viaducto Tampico-Altamira. Además, el Programa Estatal de Bacheo 2025 es una muestra del compromiso por atender las demandas ciudadanas y revertir décadas de abandono.