En el corazón de Chiapas, donde la historia late en lenguas originarias y en el arraigo a la tierra, Ana María Ibarra, candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, recordó que la justicia en México aún tiene deudas por saldar. Durante su conferencia magistral en la Facultad de Derecho del Instituto de Estudios Superiores de Chiapas, lanzó un llamado firme: el Poder Judicial debe reconocer su deuda histórica con los pueblos indígenas y asumir la responsabilidad de construir una justicia con equidad.
“Juzgar no puede ser un acto mecánico; debe ser un acto humano”, afirmó ante estudiantes y académicos. Y no solo habló de ideales: lo tradujo en propuestas concretas.
Ana María Ibarra, candidata a ministra de la SCJN, presentó su primer eje de transformación judicial: Justicia con Equidad. Una propuesta que se articula en tres compromisos claros:
• Juzgar con perspectiva de vulnerabilidad, reconociendo las barreras reales que enfrentan las personas indígenas, las personas con discapacidad y quienes viven en pobreza.
• Separar el dinero de la justicia, combatiendo las prácticas que condicionan el acceso a la protección judicial a la capacidad económica.
• Eliminar normas discriminatorias que aún persisten en el entramado legal y que perpetúan exclusiones históricas.
Con la fuerza de quien ha caminado al lado de las comunidades más olvidadas, Ana María Ibarra refrendó su compromiso: en la Suprema Corte, trabajará para que el derecho deje de ser un privilegio y se convierta en un verdadero instrumento de dignidad para todas y todos.
“Proteger la cultura, la tierra, la lengua y la vida de nuestros pueblos originarios no es un favor: es justicia. Y la justicia verdadera no puede seguir esperando”, concluyó.