Golpe a golpe
Por Juan Sánchez Mendoza
La nueva Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión aprobada el jueves próximo pasado en comisiones senatoriales, no será votada en el período ordinario de sesiones que mañana concluye. Pero sí, en una etapa extraordinaria de la asamblea legislativa, a celebrarse en mayo próximo.
Esto, a recomendación de la Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, al considerar que hay una redacción errónea en el documento, referente a las plataformas digitales, porque su articulado original establece que la (nueva) Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones tiene atribuciones para darlas de baja. O sea, borrarlas del mapa.
Según el artículo 109 de la propuesta original de la ley, las plataformas de internet X (antes Twitter), Facebook, Instagram, YouTube y otras, serían merecedoras a un bloqueo cuando la autoridad lo considere; pero la misma censura aplicaría por la programación que se transmita en radio y televisión abierta o de paga, aunque no con un bloqueo total, sino parcial, que estaría dirigido contra cualquier periodista o comunicador que ‘moleste’ a través de esas vías a la autoridad.
Por tanto, la iniciativa original de esta ley resulta un claro atentado a la libre manifestación de ideas consagrada en los artículos sexto y séptimo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Pero el jueves que nos antecede (abril 24), en la Cámara alta, las tres comisiones unidas de Radio, Televisión y Cinematografía; Comunicaciones y Transportes; y Estudios Legislativos, aprobaron el dictamen con proyecto de decreto por el que se expide la Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión para ser votada por el pleno y entrar en vigor en cuanto fuera publicada en el Diario Oficial de la Federación.
De inmediato surgieron protestas a granel. Y con justa razón. De parte de partidos políticos opositores a morena, empresarios de la comunicación y grupos de periodistas independientes, por considerar que la nueva ley es un claro atentado a la libertad de expresión.
Como fuere, Adán Augusto López Hernández, coordinador de la Junta de Coordinación Política, dijo ‘ipso facto’, ese mismo día, que el lunes 28, o sea, en la víspera, la iniciativa estaría en el pleno para votarse y aprobarse por la aplanadora guinda y sus aliados ocasionales.
Pero la jefa del Ejecutivo Federal, al día siguiente, viernes 25, propuso que se pospusiera la votación, hasta en tanto el Senado corrigiera el ‘error’ de redacción sobre las plataformas digitales, porque la intención, aclaró, no es la censura.
“Ahora hay mucha discusión sobre el tema, una parte sobre un artículo que quedó ahí sobre plataformas digitales, donde se establece que la agencia puede bajar las plataformas digitales. No tiene nada que ver con la censura por los contenidos. De todas maneras, tiene que aclararse, para que no demos ningún argumento, ni a la oposición ni a nadie de que lo que queremos es censurar”, dijo la mandataria.
El sábado 26, Adán Augusto tuvo que modificar la orden del día, sobre la sesión plenaria senatorial, borrando el tema de la iniciativa de la Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión, programada para ayer.
Y en la víspera misma, también a propuesta de Sheinbaum, el Senado convocó a un proceso de diálogo abierto, plural y constructivo con todos los actores económicos, sociales, académicos y técnicos involucrados e interesados en la Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
En la mesa, supongo habrá de ponerse el texto original de la nueva ley proyectada, a fin de enmendar el yerro que, acepta Sheinbaum, contiene el documento.
Pero podrían aparecer otros igual atentatorios contra la libre expresión no sólo de los periodistas, sino de los cerca de 130 millones de mexicanos.
En cuanto a los senadores integrantes de las comisiones unidas que al bote pronto aprobaron la iniciativa, tal y como les fue enviada, me queda en claro que ni siquiera la leyeron –porque, según me han informado, ninguna coma le quitaron–, fieles a su costumbre de aprobar ‘fast track’, todo lo que sus pastores camerales les indican.
De ahí que Claudia Sheinbaum poco confíe en ellos, aclarando, por sí misma que “el gobierno de México no va a censurar a nadie, mucho menos lo que se publica en plataformas digitales”.
¿Usted le cree?
Makito, ¡uf!
Suman, en Reynosa, más de 40 mil los firmantes del documento elaborado por los grupos ‘Juntos rescatemos Reynosa’, ‘Colectivo amor’ y la ‘Red de acompañamiento victimológico’, para exigirle al Congreso de Tamaulipas la revocación de mandato del edil, Carlos Víctor Peña Ortiz, o como se llame realmente, considerando que por lo menos cuenta con cuatro actas de nacimiento.
En este mismo espacio, las he exhibido.
El mentado ‘Makito’ es insostenible, ante la crisis de gobernabilidad en la localidad fronteriza, pero éste se defiende como gato patas pa’ arriba sin que el presidente de la Junta de Gobierno de la LXVI legislatura, Humberto Armando Prieto Herrera, se ocupe del tema, por estar más distraído en comprobar el destino millonario de los recursos públicos que ha manejado, en su gestión, ante la instancia solicitante que reclama los acredite tal cual lo marca la reglamentación oficial.
De cualquier forma, en Reynosa crece y se multiplica la inconformidad hacia ‘Makito’.
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