#DESDELAFRONTERA
POR PEDRO NATIVIDAD
Hace apenas unos años, mencionar a Tamaulipas en una conversación turística generaba más recelo que entusiasmo. La belleza de sus playas, la riqueza de su gastronomía y el encanto de sus ciudades eran opacados por una narrativa de miedo que alejaba a los visitantes y frenaba el desarrollo.
Hoy, Tamaulipas vive un renacer turístico sin precedentes, y detrás de esta transformación está el liderazgo del gobernador Américo Villarreal Anaya, quien con firmeza, estrategia y visión ha cambiado el rumbo del estado. Bajo el gobierno de la Cuarta Transformación, el turismo en Tamaulipas no solo ha despegado, ha roto récords históricos.
Esta Semana Santa fue el reflejo más claro de esta nueva realidad. Más de 1.2 millones de visitantes arribaron al estado, un crecimiento de más del 30% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Y no es una cifra menor. Es el resultado de una política que entiende que para que el turismo florezca, primero debe haber paz y orden.
Playa Miramar es el emblema de este cambio. Con más de 678 mil visitantes -un 43.8% más que en 2024-, se ha consolidado como uno de los destinos favoritos del noreste del país. Pero no es solo el paisaje lo que ha cambiado: es la experiencia de quienes hoy pueden caminar con tranquilidad y disfrutar en familia.
La transformación se ve en las postales, sí, pero sobre todo se siente en la gente. En los comerciantes que vuelven a tener ingresos, en los hoteleros que registran ocupaciones históricas, en las familias que llegan con esperanza. Hoy, más que nunca, Tamaulipas es un destino para disfrutar, no para temer. Tamaulipas está de regreso. Y llegó para quedarse.
NUEVO LAREDO, VIVE UNA CONEJA EN ARMONIA Y SEGURIDAD
Desde que asumió el gobierno municipal, la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas ha dejado en claro su compromiso con la dignificación de los espacios públicos. Parques, plazas y áreas recreativas que antes lucían en el abandono hoy son lugares vibrantes, limpios y seguros donde las familias neolaredenses pueden convivir con tranquilidad. Y esta Semana Santa no fue la excepción.
Este domingo de Pascua, el tradicional festejo de La Coneja se vivió como nunca antes. Entre cascarones multicolor, carne asada, espuma, confeti y sonrisas, cientos de familias se dieron cita en los distintos parques de la ciudad para celebrar una jornada llena de alegría… pero, sobre todo, de seguridad y orden.
El saldo fue blanco, y eso no es casualidad. Gracias a un operativo coordinado entre Protección Civil, Bomberos, Tránsito y Vialidad, y la Guardia Municipal, los ciudadanos pudieron disfrutar sin sobresaltos. Además, la instalación de baños portátiles, centros de mando y medidas de limpieza reforzó la comodidad de los asistentes.
Espacios como el Parque Viveros, Parque Mendoza, Palapas del CIITEV, El Patinadero y El Laguito fueron el punto de encuentro para familias completas, quienes aprovecharon estos lugares rehabilitados para compartir alimentos, juegos y momentos de convivencia.
Los neolaredenses no tardaron en reconocer el trabajo del gobierno municipal. La organización, limpieza y seguridad fueron los aspectos más comentados entre los asistentes, quienes hoy cuentan con lugares dignos para celebrar sus tradiciones y fortalecer el tejido social.
En esta edición de La Coneja, no sólo hubo fiesta, también se confirmó que, con voluntad y visión de gobierno, es posible recuperar el espacio público para lo que fue creado: para la gente.
Una excelente Coneja, sin duda. Pero más allá de la festividad, lo que queda es el ejemplo de una administración que pone a las familias en el centro y que entiende que una ciudad se construye, también, en sus parques, plazas y momentos compartidos… ¿Qué no?, NOS LEEMOS.
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