Columna Rosa, sólo para Mujeres.

Por: Lic. Bárbara Lera Castellanos.

El 12 de abril, fue el día de los niños de la calle, fecha crucial para denunciar la situación de millones de menores que enfrentan condiciones adversas en todo el mundo.

Estos niños son vulnerables en sus derechos fundamentales, como la educación, la alimentación, la protección y la familia, lo que los coloca en una situación de total indefensión.

A nivel mundial, se estima que hay 100 millones de niñas y niños abandonados, de los cuales 40 millones se encuentran en América Latina.

Esta realidad es alarmante, ya que estos menores se ven obligados a sobrevivir en las calles, enfrentando riesgos constantes para su bienestar físico, psicológico y espiritual.

La falta de acceso a servicios básicos como la educación y la alimentación es un desafío significativo que enfrentan estos niños.

La falta de oportunidades educativas y económicas en la región agrava aún más la situación.

Los niños tienen derecho a una serie de garantías fundamentales, incluyendo el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo; a la educación; a la alimentación; a la protección; a la identidad; al juego; a la libre expresión; y a la familia.

Sin embargo, en el caso de los niños de la calle, estos derechos no se llevan a cabo.

La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, enfatiza la importancia de proteger y garantizar estos derechos para asegurar el desarrollo integral de los niños.

Para abordar esta problemática, es crucial que gobiernos, instituciones y la sociedad en general trabajen en conjunto.

Se requiere un compromiso mancomunado para transformar la realidad de estos niños, brindándoles acceso a educación, alimentación y protección adecuadas.

Además, es importante reconocer y apoyar el trabajo de aquellos que trabajan directamente con estos niños, como organizaciones no gubernamentales y trabajadores sociales.

El Día Internacional de los Niños de la Calle es un llamado a la acción para abordar la situación crítica que enfrentan millones de menores en todo el mundo.

En Tamaulipas, la pobreza tiene un impacto significativo en la vida de los niños. Aunque no hay datos específicos sobre el número exacto de niños viviendo en la calle, se sabe que la pobreza afecta gravemente a esta población.

De acuerdo al Coneval, en 2022, el 32.6% de los niños y adolescentes (334,500) vivían en situación de pobreza, y el 3.7% (38,100) en pobreza extrema. Además, existen 34,566 niños y adolescentes en ocupaciones no permitidas, lo que refleja la presión económica que enfrentan muchas familias.

Estas cifras son preocupantes, ya que la pobreza puede llevar a una mayor exposición a situaciones de calle y vulneración de derechos.

La falta de acceso a servicios básicos y la brecha digital también limitan las oportunidades educativas y de desarrollo de los niños tamaulipecos. Estas condiciones socioeconómicas pueden llevar a algunos niños a vivir o trabajar en la calle, aunque no se dispone de cifras precisas sobre este tema.

Igualmente en Ciudad Victoria la pobreza y la falta de oportunidades son desafíos significativos que deben ser abordados de forma prioritaria para garantizar su bienestar.

Es fundamental que se tomen medidas concretas para proteger y promover los derechos de estos menores, asegurando que puedan crecer en un entorno seguro y con acceso a los recursos necesarios para su desarrollo integral.