La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
En dos líneas, se abrieron los amigos de la administración municipal de Tampico y enemigos del erario del puerto tamaulipeco. Una la comanda el esposo de la tesorera municipal, Silvia Santamaría que responde al nombre de Florencio Hernández –le apodan El Exquisito–; la otra, capitaneada por un advenedizo quien se presenta como Antonio Verdeal Millán, conocido en el bajo mundo del hampa, como el Español.
Ni uno ni otro, tiene oficio ni beneficio.
Se han erigido como la más dañina plaga de presupuesto jaibo.
El Español, como moderno Hernán Cortés, vino del viejo mundo con espejitos para cambiarlos por el tesoro municipal. Se ha entronizado –como su paisano el invasor– en varias dependencias del ayuntamiento en donde realiza innumerables actos de prestidigitación con los contratos de la obra pública, así como en las proveedurías de la ciudad.
Se ha autonombrado, una especie de cónsul de las relaciones públicas de la autoridad municipal.
Se siente, como los peninsulares en la vieja Tenochtitlán: representantes del rey y de dios.
Sólo se escapa de sus ímpetus colonialistas el DIF.
El Exquisito tomó la tutela de la tesorería. Silenciosa y discretamente, la convirtió en su caja chica. Doña Silvia Santamaría, como si fuera el gasto familiar le ha dado manga ancha a su consorte para que haga y deshaga en lo que debiera ser su responsabilidad oficial.
Aparte de primer damo de la tesorería, se dice operador de medios de información y “cuida la imagen de la presidenta”.
Su ineficaz labor lo hace ver, no como aliado del ayuntamiento; sí, como uno de sus adversarios más feroces: los índices de aceptación ciudadana de la autoridad andan por los suelos.
Tanto uno como otro, no cumplen a cabalidad con las tareas que presumen.
En sólo unos meses de enquistarse en la presidencia, ambos parásitos han acumulado una respetable fortuna y una incuantificable enemistad con los funcionarios municipales que sienten la indebida interferencia del par de intrusos.
¿Quién protege a esos perniciosos sujetos?
¿Quién brinda protección a la tesorera municipal?
Mientras la ciudad está sumida en el atraso por la parálisis gubernamental local –que en mucho se debe al Español y al Exquisito– está generando un escenario de animadversión ciudadana contra MORENA; el panismo se prepara para regresar.
Preocupante el paisaje del sur de Tamaulipas.
Un persistente saqueo en Altamira de Armando Martínez; lo mismo en Madero, con el guachicolero Erasmo González y la cada vez más pública actitud del presupuestívoro dueto porteño, pone a la región en camino del estrepitoso fracaso de la IV T y el proyecto de Segundo Piso de la presidenta Claudia Sheinbaum.
El Exquisito y el Español no comprenden el esfuerzo presidencial.
Ambos, tendrán el fin de Barradas: los tampiqueños los echarán a balazos en el trasero.