LOS HECHOS
POR José Inés Figueroa Vitela

Cuando desaparecieron, entre tantos fideicomisos, el Fondo Nacional de Desastres,
la oposición puso el grito en el cielo, se desgarró la vestiduras y echó al vuelo sus
vaticinios catastróficos, cuasi apocalípticos.
Las torrenciales lluvias de Reynosa, la semana antepasada, sirvieron para seguir
midiendo las diferencias con la transformación de la vida nacional, estatal y de los
municipios, aplicada por el mandato soberano de las urnas.
Desde el primer momento, en cuanto se conocieron las consecuencias del meteoro,
el Gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA se trasladó a la zona del desastre,
a reconocer en territorio e instruir acciones sobre la marcha.
Trás de él, por instrucción precisa de la Presidenta CLAUDIA SHEINBAUM, lo
hicieron la Directora Nacional de Protección Civil y la Secretaria de Bienestar federal;
la señora MARÍA DE VILLARREAL también volcó todos sus buenos oficios a favor
de los damnificados.
Quienes mucho criticaron la desaparición del FONDEN, fueron los mismos que
hasta las vísperas, estuvieron reclamando la lentitud e insuficiencia de ese sistema
que, en realidad, solo sirvió para la simulación, la corrupción y el enriquecimiento de
políticos de vena delincuencial.
Ahora la ayuda fue inmediata, sin trámites ni oficios, no solo de la autoridad, sino
de la sociedad civil y otras entidades, incluidos los legisladores que estuvieron muy
cerca sumando esfuerzos, en un círculo virtuoso caracterizado por la confianza
común, como hilo conductor.
La Presidenta del Sistema DIF Tamaulipas instaló centros de acopio en distintas
partes de la entidad, para canalizar el apoyo ciudadano, sumado, a los haberes y
esfuerzos propios vertidos en auxilio a las víctimas de lluvias, vientos e inundaciones.
Luego no habrá faltado la denostación, o quien quisiera saludar con sombrero
ajeno, pero ha sido algo tan pequeño, que se pierde entre el cúmulo de buenas
voluntades y tan no ha tenido trascendencia, que se han tomado las cosas de quien
vienen.
“Por sus hechos lo conoceréis”, reza la conseja bíblica, bien aplicada en esta escena

del temporal desbordado.
Sí, hay mucho por reparar y resarcir, en el entorno hogareño, que ameritará otros
esfuerzos institucionales y sociales, pero los reynosenses no han estado solos en este
tránsito hacia la recuperación, con la mano siempre amiga, representada, en principio,
por el Gobernador y su esposa.
Ahora que circularon imágenes del exgobernador de triste memoria paseándose
libremente por el Valle de Texas, cualquier cantidad de expresiones condenatorias
ocuparon las redes sociales, donde algún par de bot se habrían hecho presentes para la
autodefensa.
Todo mundo se pregunta por qué la policía internacional -INTERPOL- no ha hecho
efectivas las órdenes de aprehensión que existen en su contra y la respuesta más
recurrente se remite a la doble moral de las autoridades norteamericanas, en las que ha
descansado el prófugo, acogiéndose en su también doble nacionalidad.
Llama la atención los argumentos de los “defensores”, asegurando que mientras el
exPresidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR anda “oculto”, FRANCISCO
JAVIER “N” goza de plena libertad de tránsito, como para definir culpabilidades.
Resulta claro que la “ausencia pública” de AMLO obedece a un principio de
cortesía política, mientras que las esporádicas, calculadas, limitadas, fugaces
apariciones en público, fuera del país por supuesto, de CABEZA DE VACA, son
actos de cinismo y perversión.
Otra vez, por sus hechos los conocemos.
O alguien conoce por algo más que por sus latrocinios, crímenes, despojos, abusos,
excesos, al gobernador de Tamaulipas durante el pasado sexenio.
¿Alguien recuerda alguna obra pública, o acción social de relevancia por lo que se
haya distinguido su gestión?
La transformación del país iniciada por AMLO y continuada por la Presidenta
CLAUDIA SHEINBAUM, tiene fiel reflejo en la intensa gestión gubernamental del
doctor VILLARREAL ANAYA.
Las diferencias son abismales, están a la vista y en la conciencia colectiva, vemos y
veremos.