Cd. Victoria, Tam.- Conviene estar pendientes por dónde (y quienes) respingan tras el decomiso de 10 millones de litros de huachicol en el puerto de Tampico. Operación exitosa, gracias al trabajo conjunto de las secretarías de Marina y Defensa, la Guardia Nacional y la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO).

Junto al combustible, confiscaron 192 contenedores, 23 tractocamiones con remolque, seis tractocamiones sin remolque, tres camionetas pick-up, equipos de cómputo, armas cortas con cargadores abastecidos y 84 cartuchos de diferentes calibres.

El reporte original provino de SEMAR, al ubicar un buque sospechoso llegando al puerto jaibo, cuya tripulación decía transportar lubricantes. Sin embargo, una oportuna revisión realizada en el patio de una compañía transportista, demostró que no había tales lubricantes, sino diésel.

En comunicado conjunto, el gabinete de seguridad (https://tinyurl.com/23x4nfuk) calificó dicha incautación como un golpe histórico contra las redes de tráfico ilegal de hidrocarburos.

La complicidad oficial y la política blanda hacia esta clase de actividades ilegales terminó el pasado 30 de septiembre. El paradigma cambió a partir del primero de octubre, con al traspaso de la banda presidencial.

TORMENTA ATÍPICA

Fenómeno natural raro, inesperado, la megatormenta que azotó una amplia franja fronteriza, particularmente en Reynosa y McAllen, con afectación también en Matamoros y Brownsville, ameritó el apoyo estatal y federal, aunque también la movilización de la sociedad civil.

En la cabecera reynosense el impacto es grave pero se observa algo focalizado y no es de efecto general. Se habló de desaparecidos, destrucción de obra civil, lo mismo en áreas habitacionales que en inmuebles públicos, oficinas, dependencias, hospitales, escuelas. Esto y desbordamientos visibles del río Bravo, la laguna “La Escondida”, así como los canales Rhode y Anzaldúas,

Oportuna la presencia del gobernador VILLARREAL ANAYA tomando nota de viva voz para evaluar de manera directa el recuento de los daños. El diagnóstico preciso, dirían en el vocabulario médico, para prescribir el tratamiento adecuado.

Tarea donde la estadística va por delante. El levantamiento de datos empezó de inmediato, a manera de un censo casa por casa, para conocer el número de familias afectadas. Tarea a cargo de personal perteneciente a las secretarías de Bienestar Social estatal y federal.

RESCATE EN MARCHA

De entrada AMÉRICO señala que se trató de un fenómeno meteorológico de tal magnitud que “deja un precedente histórico” en Reynosa, señalando, entre otras observaciones, la “acumulación de 14 pulgadas de lluvia” diez de las cuales se registraron “en sólo cuatro horas.”

Cantidad de agua que “rebasa cualquier tipo de infraestructura y capacidad de evacuación de estos volúmenes por drenes pluviales.”

Desde luego, SEDENA activó el Plan DN-III-3. La maquinaria y el personal verde olivo realiza ya labores de limpieza, con la participación de 700 soldados y 70 vehículos. Tareas de reparación, a las que debemos agregar el tema de la salud.

El estancamiento de agua trae consigo el riesgo de enfermedades infecciosas. De ahí la urgente campaña de vacunación en la zona, amén de un operativo de fumigación, para prevenir, entre otras enfermedades, el dengue.

Algo que también reconoció AMÉRICO es la participación de la sociedad civil, el trabajo ciudadano al que calificó de solidario y humanista. Mismo que se desplegó en paralelo al esfuerzo institucional, estatal y federal.

EL PRESUNTO ALCALDE

Tema lamentable en medios locales y nacionales, la ausencia del alcalde reynosense CARLOS PEÑA ORTIZ; ineptitud exhibida, entre otros, por el noticiero de Grupo Fórmula que conduce AZUCENA URESTI.

El jefe edilicio no acompañó a su gente en los momentos críticos, porque sencillamente andaba de paseo por Europa y se vino incorporando a su trabajo hasta 28 horas después del siniestro, cuando llegó en vuelo procedente de Londres.

Por eso las tareas del ayuntamiento (si es que hubo) no aparecen en los reportes de los medios, tan solo la labor de los gobiernos que encabezan AMÉRICO VILLARREAL y CLAUDIA SHEINBAUM.

Otra crítica al “Makito” PEÑA apunta hacia la falta de mantenimiento en los drenes pluviales que por estar atascados de basura, maleza y hasta llantas viejas, provocaron el fenómeno ya conocido.

Que el agua en lugar de correr por sus cauces naturales, se haya salido de control, convirtiendo a extensas zonas de la cabecera en una inmensa laguna, para inundar casas, comercios y oficinas públicas, con tal fuerza y cantidad que en algunos puntos alcanzó el capacete de los autos, amén de arrastrar unidades de transporte colectivo como si fueran de juguete.

La burla no se hizo esperar cuando el turista PEÑA ORTIZ, además de mostrarse omiso a su responsabilidad como jefe edilicio, todavía se asomó de manera tardía en algunas colonias donde repartió refrescos y bolsas de papitas.

Desplante que parece una burla cruel, muestra clara de la percepción tan pobre que se tiene del problema. Ciertamente, la naturaleza aporta una cuota de este caos, aunque la situación alcanza niveles de gravedad extremos, cuando se combina con el descuido humano.

Costumbre infame, el que alcaldes y alcaldesas de la frontera tamaulipeca, gobiernen y cobren en territorio mexicano, pero vivan la mayor parte del tiempo del lado americano. De aquí la ineptitud, la indolencia, el valemadrismo.

BUZÓN: [email protected]

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