Columna especial «Opinión Económica y Financiera».

Dr. Jorge Lera Mejía & Lic. Bárbara Lera Castellanos.

La reciente escalada de amenazas arancelarias de Donald Trump ha desencadenado una tormenta de incertidumbre económica, con efectos tangibles en los mercados globales y el bolsillo de los propios estadounidenses. Aunque el presidente Donald Trump insiste en su enfoque confrontacional, la presión de indicadores económicos clave «podría obligarlo a moderar su postura», no por convicción política, sino por la realidad de un sistema económico que ya muestra grietas.

Impacto inmediato de los aranceles: inflación y volatilidad

Las medidas anunciadas incluyen 25% aranceles al acero y aluminio, 25% aranceles a los autos importados, 25% de aranceles a México y Canadá, 10% a China (sumados al 60% propuesto previamente), y excepciones parciales para energía canadiense.

Estos gravámenes funcionan como un «impuesto al consumo»:

Aumento de precios en productos importados: desde electrónicos chinos hasta aguacates mexicanos.

Encarecimiento de bienes nacionales: productores locales suben precios al reducirse la competencia externa.

Inflación anual esperada: saltó del 3.3% en enero a 4.3% en febrero.

El resultado es una paradoja: políticas diseñadas para «proteger» la economía estadounidense están erosionando el poder adquisitivo de sus ciudadanos. La sustitución de importaciones y las represalias comerciales podrían amplificar estos efectos.

La confianza del consumidor: termómetro político

El índice de confianza de la Universidad de Míchigan cayó 5% en febrero, alcanzando su nivel más bajo desde julio de 2024.

Detalles reveladores:

Republicanos: su optimismo postelectoral se esfumó, con mayor ansiedad económica que en enero.

Expectativas inflacionarias: subieron un punto porcentual en un mes, la mayor alza desde 2023.

Mercados bursátiles: 42.9% de inversionistas minoristas anticipan caídas, máximo desde noviembre 2023.

Este deterioro coincide con pronósticos de crecimiento económico lento y presiones inflacionarias persistentes en 2025.

Factores que podrían moderar a Trump

  1. Ciclo inflacionario autolimitante

Los aranceles generan un doble efecto en los precios:

Aumento directo de costos de importación

Presión alcista en productos nacionales

La Reserva Federal Fed enfrenta un dilema: si mantiene tasas altas para combatir la inflación, podría frenar el crecimiento; si las baja, arriesga descontrolar los precios.

  1. Retaliaciones comerciales en cadena

México y Canadá ya preparan contramedidas, mientras China tiene capacidad para afectar cadenas de suministro críticas. Un estudio de la Universidad de Chicago revela que los estadounidenses esperan absorber 41-68% de los costos arancelarios, contradiciendo la narrativa de que «extranjeros pagan».

  1. Presión de aliados políticos

La caída en la confianza de los republicanos (41% esperan pagar costos arancelarios) es señal de alerta. Trump necesita mantener apoyo en estados industriales donde los aranceles de 2018-2020 causaron pérdidas de empleos en manufactura.

El rol de los mercados financieros

La volatilidad actual sugiere que los inversores aún dudan de la implementación total de los aranceles, si hay caídas agudas, la Casa Blanca podría moderarse.

Este equilibrio frágil se evidencia en:

Bonos del Tesoro: demanda creciente como refugio.

Divisas: dólar fortalecido, pero con riesgos si continúa la escalada.

La economía (The Economy, Stupid) como moderador forzado

Los datos sugieren que Trump enfrentará un trilema económico al resto del 2025:

Mantener aranceles altos → inflación persistente → malestar social.

Ceder ante socios comerciales → debilitar imagen de firmeza.

Intervención de la Fed → riesgo de recesión electoralmente costosa.

Aunque el estilo «cowboy» de Trump busca proyectar fuerza, la realidad macroeconómica impone límites.

La combinación de inflación del 4.3%, expectativas de consumo en caída libre, y advertencias de «más quiebras en 2025 si las tasas se mantienen altas», crean un escenario donde la moderación arancelaria podría ser el mal menor.

No por convicción, sino por cálculo de supervivencia política ante un electorado que empieza a ver los costos reales de la guerra comercial.

Por ello, concluimos con nuestra pregunta de arranque:

¿Los mercados internos y externos serán los que realmente moderarán los ímpetus arancelarios? Ustedes tienen la mejor respuesta…