La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

La IV T y su Segundo Piso, en Tamaulipas está a punto de naufragar. Su principal mal: la corrupción y la deshonestidad, campean en las principales secretarías y en casi todos los Organismos Autónomos. Y la Contralora, Norma Angélica Pedraza Melo, declara que indaga a Luis Gerardo Illoldi Reyes, en ciudad Victoria, pero no ha encontrado, sospechosamente, nada cuestionable en las diversas áreas de gobierno.
Tiene años amagando a los corruptos, Pedraza Melo, el mismo tiempo, que se carcajean de ella los inculpados.
Son tres años y nada.
El no robar, no mentir y no traicionar, es sólo una proclama heredada por el expresidente AMLO, que nomás no acatan los servidores públicos tamaulipecos.
En el Sector Salud, todo apesta.
El responsable, doctor Vicente Joel Hernández Navarro no haya cómo enfrentar a la prensa ante tanta irregularidad en esa dependencia. Las denuncias hechas son demoledoras, irrebatibles: contratos por centenares de millones de pesos, entregados a discreción, plazas -se infiere- vendidas y saqueo indiscriminado en los hospitales tamaulipecos.
Todo con la anuencia, connivencia, del secretario Hernández Navarro.
Se había visto, ese desmán en otras administraciones estatales encabezadas por el PRIAN. Pero en ésta, que juró cuidar los recursos del pueblo, suena deprimente y repudiable.
¿Es ése el gobierno que prometió Andrés Manuel López Obrador?
¿Es ésa la forma de gobernar que delineó en su discurso Claudia Sheinbaum?
La Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET) que jefatura Lucía Aimé Castillo Pastor es otro de los hoyos negros de la administración de la IV T. El dinero, es el alma de la dinámica laboral de esa importante secretaría.
Todo lo mueve el billete.
Reasignación de plazas para los amigos, escuelas de primera y de segunda, y personal docente con privilegios –compensaciones son sólo para los íntimos e íntimas de la burocracia dorada– dejando en el olvido a la sociedad rural de Tamaulipas.
Ni la Contralora ni los órganos de fiscalización internos, tocan a Lucía Aimé.
Ya aportó mucho al retraso de la educación en el estado; su choque con la Sección XXX del SNTE, ha generado tal parálisis por tres años en el sistema educativo que aún hoy no podemos evaluar sus perniciosas consecuencias.
Se fue Cuca Varela, pero llegaron otros más voraces.
Las muy bien documentadas trapacerías de Illoldi Reyes son una joya.
Siendo un humilde burócrata victorense, logró amasar una incalculable fortuna, que invirtió en bienes inmuebles en los más exclusivos fraccionamientos de la ciudad. Pronto llamó la atención de sus compañeros de generación. Más de una decena de mansiones son la envidia de sus compañeros de la Avanzada, organización política que hospedó a buena parte de la clase política joven de MORENA.
Vive sin preocupaciones en la capital del estado.
¿Cuándo empezará la tan apremiante y anunciada limpieza?