Por: Luis Enrique Arreola Vidal.
México no es solo un país en crisis:
es el mayor cementerio clandestino del mundo.
Un epicentro de desapariciones forzadas donde 116,323 personas han sido borradas del mapa (Registro Nacional de Personas Desaparecidas, junio 2024).
Un país donde cada hora 1.2 personas desaparecen, donde los nombres se convierten en fichas de búsqueda que terminan empolvadas en escritorios burocráticos.
Pero los desaparecidos no son cifras. Son cuerpos enterrados en 4,892 fosas clandestinas.
Son los restos de 9,400 personas que siguen sin identificar porque al Estado simplemente no le importa. México no solo es un país con crisis de derechos humanos: es un Estado que protege a los verdugos y abandona a las víctimas.
I. La Genealogía del Horror: De Calderón a Sheinbaum.
Felipe Calderón (2006-2012): La Guerra Que Nos Sepultó.
• Su “guerra contra el narco” dejó 26,000 desaparecidos y 102,000 homicidios (CIDH).
• La ONU lo acusó de crímenes de lesa humanidad en 2021.
• Su legado: un país en llamas, cárteles más violentos y un narcoestado en consolidación.
Andrés Manuel López Obrador (2018-2024): Abrazos Para los Sicarios, Balazos Para la Verdad.
• Mientras prometía “pacificación”, el CJNG creció de 22 a 28 estados.
• 36,000 asesinatos por año, el sexenio más sangriento de la historia.
• $0.72 pesos diarios dedicados a la búsqueda de desaparecidos.
• La Comisión de la Verdad terminó siendo un chiste: 98.7% de impunidad.
Claudia Sheinbaum (2024-2025): Heredó un Narcoestado y Prefiere Negarlo.
• En sus primeros 100 días, 2,140 desaparecidos.
• Su respuesta al hallazgo de 45 cuerpos calcinados en Reynosa fue ignorarlo y atacar a la prensa (Artículo 19).
• En lugar de reconocer la crisis, gasta millones en publicidad para limpiar su imagen.
Mientras el país se llena de fosas, los discursos oficiales insisten en que “vamos bien”.
II. México Enterrado: Cifras Que Son Crimen de Estado.
- 98.7% de las desapariciones jamás llegan a sentencia.
- 72% de las fosas están en estados dominados por el narco:
- Tamaulipas, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Sonora, Chihuahua y Guerrero.
- 53% de las víctimas tienen entre 15 y 30 años.
- 1 de cada 3 desapariciones involucra a policías o militares.
- 40% de los municipios están infiltrados por el crimen organizado.
- 600 colectivos de madres buscan a sus hijos con palas, mientras el gobierno gasta en propaganda.
- No es que el gobierno no pueda frenar la crisis. Es que no quiere.
III. La Farsa Oficial: Datos vs. Discursos.
Presupuesto engañoso:
• El gobierno asignó $3,200 millones a “seguridad”, pero solo el 2% va a búsqueda de desaparecidos.
• En contraste, gasta $12,000 millones en publicidad para ocultar la crisis.
Forenses colapsados:
• 52,000 cuerpos sin identificar siguen en morgues y fosas.
• Solo hay 18 genetistas forenses en todo México.
• 120 cuerpos identificados al año, un esfuerzo ridículo ante la magnitud de la tragedia.
Control de la verdad:
• En 2024, el gobierno asignó más dinero a “bots y campañas mediáticas” que a búsqueda de personas.
• AMLO y Sheinbaum han gastado el doble en medios afines que en atención a víctimas.
El mensaje es claro: el crimen organizado no está fuera del gobierno. Está dentro.
IV. Soluciones Urgentes: Justicia o Más Fosas.
- Juicio Penal Internacional: México debe ser llevado a la Corte Penal Internacional, como Venezuela.
- Presupuesto de guerra: Urge destinar 1% del PIB ($240,000 millones) a búsqueda de desaparecidos y justicia.
- Depuración política: Crear una Comisión con poder para investigar a funcionarios coludidos (modelo CICIG de Guatemala).
- Revolución Forense: Implementar el Protocolo Homologado de Búsqueda, duplicar peritos y abrir las bases de ADN al público.
Si el Estado no busca, la sociedad debe exigir.
México No Es una Tragedia, Es un Crimen Organizado.
Cuando Valeria, una joven de 19 años, desapareció en Zacatecas, su madre fue a la fiscalía. Le dijeron que “esperara 72 horas”.
Tres semanas después, su cuerpo apareció en una fosa, con un tiro en la nuca.
El gobierno no la buscó. Pero su madre sí.
Como ella, hay miles de familias que excavan la tierra porque el Estado ha decidido que sus hijos no valen.
Mientras los políticos abren cuentas en paraísos fiscales (68 exgobernadores con cuentas en Suiza), México se llena de fosas.
Mientras la presidencia defiende a un militar señalado por desapariciones en Nuevo Laredo, las madres caminan con picos y palas bajo el sol.
México no está “en crisis”. México es un narcoestado con certificado oficial.
Y el país tiene dos opciones:
Despertar y exigir justicia.
O resignarse a ser enterrado junto a sus desaparecidos.
Porque como gritan las madres de Ayotzinapa:
“Vivos se los llevaron, vivos los queremos.”
Y hoy, esa consigna es una sentencia contra un sistema podrido hasta la raíz.