- El director general del ISSSTE refrendó el compromiso de fortalecer la prevención y promoción de la salud, como parte del Plan de 25 Puntos para la Transformación del organismo; entre los hábitos recomendados para prevenir la obesidad, se encuentran hacer ejercicio de forma regular, evitar el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas, limitar el consumo de azúcares, entre otras acciones
- El ISSSTE promueve entre las y los derechohabientes estilos de vida saludable, través del Programa de Prevención y Regresión del Sobrepeso y la Obesidad (PPRESyO), que opera en unidades médicas de primer nivel de atención y es atendido por equipos multidisciplinarios de nutriólogos, médicos y activadores físicos
Ciudad de México, a 3 de marzo de 2025.- En el marco del Día Mundial contra la Obesidad, que se conmemora el 4 de marzo, el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Martí Batres Guadarrama, llama a reivindicar la salud como un derecho colectivo.
“La obesidad no es un problema de voluntad individual, sino una consecuencia del sistema neoliberal. Para enfrentarla, es necesario desmontar la narrativa de la culpa personal y reivindicar a la salud como un derecho colectivo. Esto implica poner en el centro del debate del sistema de salud no solo los temas relativos a la atención, sino también otros que resultan fundamentales para atender las causas de la obesidad desde una perspectiva de justicia social”, destacó.
Martí Batres detalló que el modelo económico neoliberal transformó radicalmente los sistemas alimentarios, debido a la oferta masiva de alimentos ultraprocesados.
“Desde los años 80, con la liberalización del mercado y la reducción de regulaciones estatales, la industria alimenticia globalizó y masificó el consumo de productos ricos en azúcares, grasas trans y sodio. Estos alimentos se convirtieron en opciones baratas y ubicuas, desplazando dietas tradicionales y saludables”, indicó.
En este contexto, subrayó, los gobiernos del pasado no pudieron regular la comercialización y publicidad de este tipo de alimentos, mientras que el sistema de salud no logró desarrollar estrategias efectivas de prevención, ante el surgimiento de un nuevo estilo de vida sedentario, regido por largas jornadas de trabajo.
“Esto redujo el tiempo disponible para cocinar, descansar y hacer ejercicios. Comer fuera de casa dejó de ser una elección y se convirtió en una necesidad para millones de trabajadoras y trabajadores, que dependían de opciones rápidas y accesibles, usualmente poco saludables”, comentó.
En este tenor, el director general refrendó el compromiso de fortalecer la prevención y promoción de la salud, como parte del Plan de 25 Puntos para la Transformación del ISSSTE, que fomenta entre las y los derechohabientes estilos de vida saludable, a través del Programa de Prevención y Regresión del Sobrepeso y la Obesidad (PPRESyO).
Esta iniciativa opera en unidades médicas de primer nivel de atención y es atendida por equipos multidisciplinarios de nutriólogos, médicos y activadores físicos, servicios a los que pueden ser referidas las y los afiliados por sus médicos familiares.
Entre los hábitos recomendados para prevenir la obesidad, destacan: evitar el sedentarismo y hacer ejercicio de forma regular; evitar el consumo de tabaco y de bebidas alcohólicas; limitar el consumo de azúcares; comer varias veces al día frutas y verduras; pesarse regularmente, así como distribuir los alimentos en cinco tiempos de comida y consumir alimentos ricos en fibra.