Por José Medina
Ciudad Victoria.- A través de una iniciativa, el diputado del PAN, Gerardo Peña Flores solicitó a la Secretaría de Educación de Tamaulipas, para que en el uso de sus atribuciones para proponer a la Secretaría de Educación Pública del Gobierno Federal, contenidos regionales en los planes y programas, se contemple la inclusión de pedagogías activas participativas que fomenten la educación del civismo para la construcción de una ciudadanía democráticamente participativa, y no únicamente como una asignatura académica extra.
Como se reconoce en el artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 15 de la Ley General de Educación, 9, 11, 13, y 49 de la Ley de Educación para el Estado de Tamaulipas, así como el 4 Bis de la Ley para la Promoción del Humanismo, los Valores y la Cultura de la Legalidad del Estado de Tamaulipas, la educación cívica, el fortalecimiento del sentido de pertenencia, arraigo a la comunidad, respeto por el pais, el Estado y la Comunidad, y el fomento a los valores, juegan un papel protagónico en el Sistema Educativo Nacional, y es prioridad para los tres órdenes de Gobierno.
Derivado de ese marco legal, los programas de Estudios que se imparten en las escuelas del Estado, contemplan la educación cívica, normalmente bajo el modelo de una materia académica más, que abarca el conocimiento de la organización política nacional, y el conocimiento de algunos aspectos históricos y el respeto a los símbolos patrios, asi como a los valores de vida cívica.
Sin embargo, y derivado de diferentes problemáticas sociales, como la pérdida de valores en la familia, el auge de popularidad de modelos de vida asociados al crimen, la influencia de las redes sociales y otros conflictos, y aunado a un desinteres general a nivel internacional de los adolescentes y jóvenes en los asuntos públicos, hace constar que a pesar de los esfuerzos educativos realizados por maestros en las aulas, no se logran transmitir con efectividad los valores cívicos a las siguientes generaciones, ante estos nuevos retos de falta de cohesión social.
En ese sentido, y considerando que la enseñanza y apropiación de los valores cívicos, demanda mucho más que un conocimiento de contenidos específicos, conviene ampliar la perspectiva sobre el tipo de educación cívica que tradicionalmente se brinda, y que en la práctica desafortunadamente muchos alumnos las consideran materias «de relleno» o «fáciles de aprobar»; sin valorar que por el contrario, la misma conlleva el gran reto de involucrar a los educandos para la vivencia empírica de los niños y jóvenes de las virtudes cívicas, como la capacidad de construir ciudadan(a desde la niñez, a través de actividades como el trabajo en equipo, o la construcción de negociaciones al interior de las escuelas.
Expuso que como puede reconocerse, el modelo educativo nacional ha sido históricamente más orientado al esfuerzo individual y competitivo, que si bien no se menosprecia y resulta pertinente en el mercado laboral; para la solución de los problemas comunitarios resulta esencial privilegiar la construcción de capacidades de trabajo en equipo; y que por ende constituye un área de oportunidad en la cual como queda patente en la educación cívica, puede representar un cambio positivo profundo en las siguientes generaciones si se efectúan entre otras estrategias, las revisiones a los planes y programas de estudio pertinentes por parte de las Autoridades Educativas local y federal, para implementar las pedagogías activas en la educación cívica del Estado.