Reflector/ Gilda r. Terán.
Cuánta razón, tenía el filósofo Platón, con su máxima sobre la música, y es que en estas
artes se destaca esta disciplina, porque fortalece la estructura necesaria para llevar a cabo
procesos, genera en nosotros la constancia y la necesidad de concluir tareas, ya que ayuda a
desarrollar el hábito de terminar lo que empezamos.
También infunde tolerancia y paciencia, virtudes que cada día se vuelven escasas en nuestra
sociedad, también nos enseña a controlar la frustración, a fortalecer la voluntad, a valorar el
esfuerzo necesario para alcanzar nuestros objetivos.
Consideremos que el llevar a los niños a la cultura musical donde, de manera lúdica,
aprendan, se diviertan y se estrechen más los lazos de amistad, fraternidad, respeto,
empatía y amor por el prójimo entre otras cosas; es un acto de bondad y de empatía para
cultivar valores en su corazón.
Pero eso que resulta por demás natural, que se produzca sorprendentes mecanismos
neuronales, es por eso que desde las neurociencias nos hacemos muchas veces esta
pregunta: ¿qué le hace la música a nuestro cerebro?
Verá usted, escuchamos música desde la cuna o, incluso, en el período de gestación, los
bebés, en los primeros meses de vida, tienen la capacidad de responder a melodías antes
que a una comunicación verbal de sus padres.
Y es que el efecto tonificador de los sonidos musicales suaves los relaja, se sabe, por
ejemplo, que niños prematuros que no pueden dormir; son beneficiados por los latidos de
la madre o sonidos que los imitan.
Además de está considerada entre los elementos que causan más placer en la vida, libera
dopamina en el cerebro, proporcionando etapas placenteras de bienestar, en donde se
impulsa la creatividad.
Pero la música también parece ofrecer un nuevo método de comunicación arraigada en
emociones, investigaciones muestran que lo que sentimos cuando escuchamos una pieza
musical es muy similar a lo que el resto de la gente en el mismo lugar está experimentando,
es por eso que se traspasa fronteras.
Por eso las melodías, en muchos de los casos, pueden trabajar en nuestro beneficio a nivel
individual, al modular el estado de ánimo e incluso la fisiología humana, de manera más
eficaz que las palabras, en si la música es un bálsamo emocional, y espiritual.
En estos mismos menesteres, el Gobierno estatal sigue impulsando la cultura y las bellas
artes, con festivales, bailes regionales y conciertos de gala, alegrando el corazón y
fortaleciendo el vínculo familiar.
En este sentido, el Museo Regional de Historia activó un encuentro musical, en donde el
Coro comunitario “El Cuerudo”, hizo de las suyas, con su velada de música romántica, en
la cual el público subyugado hacia la segunda voz con este grupo musical.
Y es que nadie de los asistentes, se podía resistir al romanticismo de melodías como “El
Reloj”, “Sabor a mí”, “Como”, “Cuando vuelva a tu lado”, “Contigo aprendí”, y pues
unieron sus voces a este magistral coro comunitario “El Cuerudo”
Y es que los seres humanos convivimos con la música en todo momento, es un arte que nos
hace disfrutar de tiempos placenteros, nos estimula a recordar hechos del pasado, nos hace
compartir emociones en canciones grupales, conciertos o tribunas deportivas, haciendo
honor a este adagio que dice “La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”.
Nos vemos hasta la próxima.
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