La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Claudia Sheinbaum Pardo, la jefa del Estado mexicano, y presidente de la república, en sus recientes encontronazos con el presidente norteamericano Donald Trump logró posicionarse en el contexto internacional como un relevante factor nacionalista, libre, independiente y soberano.
El escenario mundial crispado por el discurso injerencista, ultranacionalista de Trump que golpea en primer término a sus vecinos –México y Canadá– puso los ojos de la opinión pública mundial en las consecuencias y las reacciones de sus líderes.
La primera víctima de esos inciertos impactos, que Justin Trudeau, el primer ministro de los canadienses que se vio obligado a renunciar metiendo a ese país en una pasajera crisis constitucional. La llegada de Trump a la presidencia y el descrédito del canadiense tras largos diez años de gobierno crearon el coctel que generó su caída.
En México los resultados de la narrativa del presidente norteamericano fueron, se puede decir, menores; el miedo y el terror de los indocumentados y sus familias, fue lo peor que sintieron los mexicanos.
El peso se movió en los índices esperados y los mercados se comportaron con serenidad ante los amagos trumpistas.
Hay que añadir los trabajos excepcionales del Secretario de Relaciones Exteriores (SRE) de la Fuente y el Secretario de Comercio (SC), Marcelo Ebrard Casaubón trabajaron en coordinación con la Ejecutivo Federal dándole certeza a la política exterior mexicana.
Sin la retórica innecesariamente radical de presidente colombiano, Gustavo Petro, la presidente Sheinbaum Pardo, entró a la esgrima acopiando serenidad y diplomacia que finalmente resultaron efectivas contra su homólogo injerencista y perturbador.
La oposición al doble piso de la IV T, sólo confía en los cambios que vienen del exterior. Es prácticamente inexistente en el país. Salvo los incidentes rabiosos, pero infructuosos, en el Congreso y en el Senado, no han sido del todo rentables para unos opositores que han sido incapaces de generar un proyecto alterno de nación.
Las políticas de Trump poco movieron la aguja en el contexto político nacional.
Si algo cambió fue la presencia de Sheinbaum en el escenario internacional; se instaló como un personaje de talla global en donde las guerras económicas serán las contiendas del futuro y la diplomacia económica será uno de los principales artefactos de ataque y defensa de las soberanías.
Para desgracia de la oposición.
El manejo de este espinoso asunto, los deja sin argumentos.
No es el consenso entre las naciones lo que revalora a la presidente, son las simpatías que se suman en el pueblo por tan admirable actitud.
El Segundo Piso de la IV T va en serio.
Lo dijo el presidente AMLO: la mejor política exterior, es la política interior.
La defensa de los mexicanos es lo que está rindiendo frutos.
Esa es la razón, que está concitando la unidad en torno a sus políticas.
Excepto de los apátridas que sueñan con la venida de un príncipe extranjero para adorarlo.