SINGULAR
Por: Luis Enrique Arreola Vidal
México se encuentra en una encrucijada histórica. La decisión de Donald Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México no solo es un golpe directo al comercio bilateral, sino que también pone en evidencia la vulnerabilidad estructural de nuestra economía. Pero más allá de la amenaza comercial, este momento representa una prueba de fuego para la administración de Claudia Sheinbaum, que debe demostrar si tiene la capacidad de navegar un entorno global hostil o si se limitará a la inercia política.
El problema no es solo económico, sino también estratégico. México es el principal socio comercial de EE.UU., con un intercambio anual que superó los 863,000 millones de dólares en 2023, según datos de la Oficina del Censo de EE.UU.. Sin embargo, nuestra relación sigue marcada por la dependencia: exportamos el 80% de nuestros bienes a ese país, lo que nos deja expuestos a decisiones unilaterales como esta.
Industria en riesgo: Los sectores más afectados.
Los sectores que enfrentarán mayores impactos por estos aranceles incluyen:
• Automotriz: En 2024, México exportó 87,000 millones de dólares en vehículos a EE.UU. Un arancel del 25% haría inviables estos precios, desplazando la producción. General Motors ya advirtió que sus planes de inversión están en riesgo.
• Agrícola: México es uno de los mayores exportadores de frutas, verduras y carne a EE.UU., pero también importamos grandes volúmenes de insumos agrícolas. De hecho, México se convertirá en 2025 en el mayor importador de maíz del mundo, superando a China, según un análisis de El Economista (El Economista). La imposición de aranceles agravaría nuestra dependencia alimentaria y elevaría los costos de productos básicos.
• Manufactura y dispositivos médicos: Estos sectores dependen del comercio libre para operar con márgenes competitivos. Dispositivos quirúrgicos y equipos de diagnóstico podrían encarecerse, afectando a hospitales y pacientes en EE.UU.
La respuesta de Sheinbaum: ¿Tibia o estratégica?
Hasta ahora, Sheinbaum ha hablado de un “plan A, B y C” para contrarrestar los efectos de los aranceles. Pero el problema no es cuántos planes existen, sino si son viables y efectivos. La presidenta enfrenta una doble presión:
1. Política interna: Debe evitar que esta crisis se convierta en un lastre para su administración, sobre todo con la renegociación del T-MEC en 2026.
2. Política externa: Necesita actuar con firmeza para defender los intereses de México sin caer en una escalada de tensiones con EE.UU.
México tiene herramientas a su favor. El T-MEC prohíbe cambios unilaterales en el comercio sin consultar a los socios. Canadá ya ha advertido que tomará medidas legales contra EE.UU. por estas tarifas, y México debería hacer lo mismo. Además, el país debe fortalecer su estrategia de diversificación comercial, impulsando tratados con Europa y Asia para reducir la dependencia de EE.UU.
¿Momento de un viraje estructural?
El mayor error sería pensar que esta es solo una crisis pasajera. La lección que deja el regreso del proteccionismo de Trump es que México no puede seguir dependiendo exclusivamente de EE.UU. Se requiere un enfoque de largo plazo para:
• Impulsar la producción nacional: No podemos ser el mayor importador de maíz si somos una potencia agrícola. Hay que invertir en tecnología y modernización del campo.
• Atraer más inversión en sectores estratégicos: El nearshoring es una oportunidad real, pero necesita infraestructura y seguridad para consolidarse.
• Reformular la política energética: La política de autosuficiencia impulsada por el gobierno anterior ha limitado la inversión privada en energías limpias, restando competitividad a México frente a otros mercados emergentes.
México debe pasar de la defensa al ataque.
México no puede permitirse una respuesta tibia. Sheinbaum tiene que actuar con determinación y usar todos los mecanismos diplomáticos, comerciales y legales a su disposición. La historia juzgará si su gobierno fue capaz de enfrentar la tormenta Trump con inteligencia o si dejó que la ola de aranceles nos arrastrara sin resistencia.