Opinión pública

Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Durante el cabecismo, la Secretaría de
Bienestar Social fue el brazo electoral panista y botín de corsarios para
pagar favores.
La cloaca se destapó en cuanto se fueron, uno de octubre de 2022, pero
inexplicablemente nadie había caído a la cárcel. Rómulo Garza Martínez es
el primero.
El saqueo incluyó pago de hasta 10 millones de pesos de recursos de la
secretaría, al TM Futbol Club propiedad de Grupo Orlegi (profesional de
Tampico-Madero), en fondos transferidos por el entonces director del
Deporte, Carlos Fernández Altamirano, quien no se mandaba solo.
En total, el gobierno de Francisco Cabeza de Vaca habría entregado a la
empresa de futbol profesional hasta 53.6 millones que salieron de varias
secretarías como pago a compromisos particulares del jefe político.
A la llegada de la 4T encontraron vestigios de la robadera y presentaron
dos demandas penales, de las que no se sabe -por secrecía, alega la
Fiscalía- si han “jalado” a los presuntos responsables.
Por la dependencia pasaron tres jefes: Gerardo Peña Flores, quien
cobró del uno de octubre del 2016 al 8 de marzo del 2019; el sucesor Garza
Martínez hasta el uno de octubre del 2021 en que llegó Yahleel Abdala
Carmona, para culminar el desastroso sexenio.
Fue el premio de consolación para Abdala, quien había perdido la
alcaldía de Nuevo Laredo por las siglas azules.
Pero la fiesta de corrupción ya estaba en su apogeo. En la fiscalización
2020 de la Auditoría Superior de la Federación -recursos del programa Fais-
, encontraron observaciones por 182 millones de pesos en tema de
despensas y cobijas.
La corrupción pudo verse desde 2017, cuando no hubo comprobantes
de entrega de 134 módulos sanitarios portátiles. Nunca se supo si llegaron a
los beneficiarios según programa de combate a la pobreza.
La secretaría fue utilizada como brazo electoral a favor del PAN y sus
candidatos desde los comicios de 2018, hasta 2022 en que crearon una
estructura de pagos y dádivas a los operadores -mapaches.
El reparto de dinero fue a discreción mediante la creación de plazas de
promotoras, enlaces de operación, “células” de manzana y calle en las
principales ciudades. Ahí se fue la mayor parte del presupuesto de la
secretaría.
Tenían calidad de “voluntarios” según la Ley, aunque algunos
presentaron demandas laborales al ser dados de baja.

A la llegada del nuevo gobierno encontraron una secretaría destruida,
sin presupuesto. Los que se fueron gastaron los fondos federales y el
Estado no aportó lo que le correspondía.
En total un desfalco ¿peculado? por hasta 263 millones de pesos en que
intervinieron los tres jefes nombrados por el cabecismo ¿los que siguen?.
La primera titular de Sebien de la 4T, Verónica Aguirre de los Santos,
encontró una secretaría arrumbada en 1,200 cajas regadas por los pasillos
de oficinas, con un millón 50 mil recibos sin comprobar.
Entregaron los panistas 49 vehículos inservibles y tres se les “perdieron”,
que nunca se supo quien los robó porque no había resguardos. Igual
muchos aviadores en nómina.
Y, como lo hicieron en todo el gobierno, los cabecistas autorizaron a sus
amigos e incondicionales 29 bases sindicales para seguir en la secretaría,
todas en procesos de asignación irregularidades, tanto que fueron echadas
atrás por el nuevo gobierno.
Citaron a comparecer Abdala Carmona pero hizo caso omiso a la
Contraloría (Igual que Rómulo).
A más de dos años de distancia no se sabe en qué quedaron las 33
denuncias que llegaron a la Contraloría, de si empezaron a devolver lo
saqueado o siguen en la impunidad.
Las penales son por presunto ejercicio ilícito del servicio público,
ejercicio abusivo de funciones y falsificación y uso de documentos oficiales
¿delitos graves?.
Por si fuera poco, con cero presupuesto, gasto en la campaña de Truco
Verástegui, cerraron los 68 comedores comunitarios en 27 municipios y las
llamadas “casas violetas” para atender a mujeres violentadas.
Más gente debe pisar cárcel. El dinero y programas federales para los
pobres lo utilizaron para regalar (fines electorales) 1,350 tinacos en
fraccionamientos residenciales e instalar lámparas en comercios de
Tampico, Madero y Altamira, hasta por 45 millones de pesos.
Aun así, medio centenar luminarias, presuntamente instaladas en 2022 –
campañas políticas- se “perdieron” ¿quién las robó?.
En Bienestar se dio el saqueo más perverso, sistemático y planificado de
recursos y bienes del Estado, lo que no puede quedar en la impunidad. La
opinión pública quiere castigo para todos los que metieron mano ¿se
mandaban solos?.
Las miradas voltean hacia Peña Flores, Abdala Carmona y el jefe del
clan, Francisco “N” ¿tuvieron que ver los subsecretarios Arturo Soto Alemán
y Ciro Hernández Arteaga?. Llegaron en septiembre del 2021 también como
premio de consolación ¿para que recuperaran lo perdido en campaña?.
Martes de sesión plenaria del Congreso del Estado. Tres iniciativas, una
de reformas a la Carta Estatal que establece como causa de anular una
elección, la violencia política de género.