Solo, sin quien aplauda su presentación, se ve un Oscar que al parecer ya se quemó, cuando menos, muy tiznado quedo.

Aclaro, no le hablamos de un Oscar de la política que fue legislador federal, oriundo de Reynosa, mismo que apenas vio que el partido que le dio poder, fama y fortuna naufragó le abandonó por así convenir a sus intereses, a otro color corrió, pero de eso ya hace un tiempo, hoy parece que está, aparte de quemado por los priistas de corazón, muerto, políticamente hablando.

 No, del Oscar que le hablamos y que parece quemado, en foto se ve bastante tiznado, es otro, es gringo, muchos y muchas luminarias sueñan con poseerlo, tenerlo para alcanzar el poder, fama y fortuna, es de la farándula y, al igual que en la política, por él hay nominados y premiados.

Aunque, bueno, con eso de que hasta parece que la política y farándula son hermanas gemelas, porque ambas engendran a personajes que son muy similares, casi idénticos y capaces de cualquier cosa, hasta de pasar encima de quien sea y ponerse el atuendo que les convenga para alcanzar el éxito, ganar poder, fama y fortuna, igual puede ser asunto político.

Pues tanto los hijos de la política como los de la farándula, en la gran mayoría, solo ven su conveniencia, cuando quieren que el pueblo les reconozca y les otorgue su voto de confianza se disfrazan de buenas gentes, el color es lo de menos, traen su guion bien ensayado y tratan de que el respetable les admire y aplauda sus actuaciones, muchas son miserables, pero en su favor hay que decir que a veces ni se notan, gana el mejor reparto, y en ocasiones hasta los coprotagonistas.

Otra similitud, tanto en la política como en la farándula es que hay personajes que les encanta el drama, si las cosas no van como ellos esperan siempre buscan culpar a otros de sus fracasos, y sí, también en ambos géneros en ocasiones tienen al pueblo en suspenso, unas veces hacen reír, pero por lo general hacen llorar a la gente por sus malas acciones, son pocos los buenos.

Pero le insisto, en esta ocasión, aunque parezca o el título tenga similitud con alguno, no le hablamos de ningún político tamaulipeco sino de la estatuilla que entregan a las mejores películas, guionistas, actores, vestuaristas, todo lo que tenga que ver con la industria cinematográfica en Hollywood.

Pues resulta que este año los incendios arrasaron con mansiones de acaudalados empresarios y artistas, hasta viviendas de trabajadores latinos en Los Ángeles, California, para desgracia, ni con todo el poder del vecino país del norte ha podido sofocarlos, razón por la que hasta los mejores bomberos de este México lindo y querido acudieron para apoyar y tratar de apagar el fuego, y los directores de los premios del Oscar reprogramaron la fecha, el evento se pospone para el 23 de enero por la quemazón.

Cierto es que la industria fílmica de Hollywood y la musical ya está bastante quemada, el escándalo del rapero DD y sus fiestas negras donde supuestamente hay muchas luminarias de la farándula y la política del vecino país del norte involucrados, hasta con niños, no es para menos, de hecho, es para que desaparezca con todo y sus malas prácticas, pero como dijera la Nana GOYA, esa es otra historia.

Hoy el tema es que se pospuso la ceremonia de la entrega de los Oscar, y en una fotografía que aparece en medios de comunicación donde dan a conocer el camino de fecha para la premiación, en un inmueble siniestrado por el fuego aparece tirada entre los escombros una estatuilla dorada de un Oscar quemada.

Sea de quien sea ese premio obviamente ese Oscar ya se quemó, por lo menos bastante tiznado quedo.