Golpe a golpe
Por Juan Sánchez Mendoza
Es vergonzoso el espectáculo que personificaron el senador Adán Augusto López Hernández y el diputado federal Ricardo Monreal Ávila, merced a su descuerdo para aprobar en la Cámara baja la reforma al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
Y, supongo, esto obedece a su protagonismo político.
No por el análisis y dictamen de las diversas bancadas –considerando que morena y sus ‘paleros’ (PT y PVEM) son grupos ‘autónomos’, mientras la oposición (PRI, PAN, MC), prácticamente, no cuenta en este menester–, en el asunto de la reforma, sino porque ambos han ventilado entuertos que según el uno y el otro (acusan) cometieron en el pasado, al fragor de su lid.
El tabasqueño ha afirmado que el zacatecano (otrora el mandamás en la cámara alta) toleró irregularidades, con los recursos del Senado, “porque participó de supuestos contratos millonarios con empresas fantasma”.
Y, por supuesto, el zacatecano respondió, acusando a su acusador de estar impulsando un proyecto ajeno a la presidenta.
El pleito hizo crisis en lo inmediato.
Obvio, porque los pastores legislativos se enfrascaron en un pleito con dimes y diretes, exhibiendo la debilidad presidencial, hasta el grado de que Claudia Sheinbaum Pardo le ordenó, a su secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, reunirse con ambos para simular una ‘unión’, o, al menos, tomarse la foto ella junto con ellos para aparentar que su bronca ya fue superada.
O sea, ‘fumaron la pipa de la paz’.
¿Usted les cree? Yo tampoco.
¡Bah!
Diciembre me gustó…
El júbilo decembrino ocasiona tumultos en las tiendas de autoservicio, pues la usura comercial suele ofrecer artículos a bajo precio.
Regularmente de la mercancía de temporada y/o la rezagada en sus bodegas, aunque, también de productos que los fabricantes o las empresas distribuidoras les entregan (a consignación) para venderlos más baratos que en otras épocas, por esto ser parte de su planeación anual para obtener dividendos millonarios.
Hay, sin embargo, la percepción de que muchos de los artículos, antes de ponerse en oferta, fueron ‘re-etiquetados’ –inclusive algunos de primera necesidad como la leche, el café, el azúcar, el huevo y otros–, que durante el mes previo (noviembre) costaban más baratos que ahora, cuando ‘están en oferta’.
En esto mucho incide la inflación, por supuesto.
De cualquier forma, el consumismo no para. Y menos se frenaría en lo sucesivo, considerando que en todos los hogares aumenta el gasto cuando las instituciones educativas entran en período vacacional.
En este asueto, hay que considerar que la burocracia se sumó igual al consumismo decembrino, a partir del miércoles próximo pasado (diciembre 19), siendo desde ese día y hasta el 03 de enero de 2025, incluso, la etapa en que habrá de enfrentar y solventar el gasto familiar, aunque éste resulte austero; para, al día siguiente, como de costumbre, hacer largas filas en las casas de empeño.
Cuide su aguinaldo
Los millones de burócratas federales, estatales y municipales, ya cobraron la segunda parte de su aguinaldo correspondiente al 2024, por lo que la usura comercial sería nuevamente el sector más beneficiado de la época decembrina.
Sobre todo, cuando a la Federación le tocó desembolsar hasta 40 mil millones de pesos para cubrir el derecho laboral; una cantidad más grande (en conjunto) a las 32 administraciones estatales (incluida, la de la CdMx), y más/menos lo mismo (también vinculados) a los 2 mil 446 ayuntamientos que existen en todo el país.
Esto significa una real danza multimillonaria de pesos.
Harto atractiva, por cierto, para los mercaderes.
De ahí que el comercio organizado (ya) publicitó ofertas, como parte de su estrategia para alentar el consumismo (ante la complicidad no sólo de dirigentes sindicales sino del mismo gobierno), desde pocos días antes de que el recurso se viera reflejado en las tarjetas de nómina.
Prueba de que esto así es, se dio cuando quedó cubierta la primera parte del aguinaldo, para apoyar al programa ‘Buen fin’, como se hizo en años anteriores cuando inició, para la ‘reactivación de la economía’, para que el consumidor ‘aprovechara las ofertas’ que se hicieron entonces.
En concordancia, los comerciantes tamaulipecos buscan incrementar sus ventas hasta en un 12 por ciento, durante lo que resta del mes, a fin de resarcir las pérdidas que la inseguridad les ha ocasionado, ofertando sus productos supuestamente ‘a menor precio’ que sus pares de la Unión Americana.
Pero en realidad, muchos artículos fueron re etiquetados.
Por eso hago este llamado a los empleados gubernamentales –de los tres órdenes institucionales–, para que cuiden su aguinaldo y lo gasten en lo que mejor les plazca.
Si es destinándolo al pago de colegiaturas, abonos hipotecarios o en la cobertura de servicios básicos (luz y agua potable), qué mejor.
O quizá en la adquisición de un vehículo más reciente, en modelo; el pago de contribuciones, que igual es lo más recomendable.
Sin embargo, la usura comercial oferta la adquisición de productos al por mayor –desde electrodomésticos hasta electrónicos y ropa–, porque su embestida es para despojarlo infamemente de su derecho a gastarse el aguinaldo razonadamente.
En fin, esta es una simple reflexión.
Y allá Usted, si la acepta o no.
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