DE PRIMERA …LA DAMA DE LA NOTICIA
POR ARABELA GARCIA …
Deterioro y Desorden: Los alcaldes del Norte No Cumplen con las Expectativas de sus Ciudades
El caso de Makito Ortiz, alcalde de Reynosa, es un claro ejemplo de alcalde que no ha sabido conectar con el pueblo y ha decepcionado, lleva su segundo periodo al frente del municipio de Reynosa y no se ve por ningun lado el progreso de esta gran ciudad. A pesar de haber sido alcalde por
cuatro años, su actitud autoritaria, como si la ciudad fuera su propiedad personal, genera
desconfianza entre la ciudadanía.
No entiende que algunos problemas, aunque sean políticos,
tienen consecuencias reales, sobre todo cuando afectan directamente la economía de las familias
reynosenses.
De nada sirve actuar como si el poder se tuviera en las manos, cuando lo que se
necesita es un liderazgo responsable que respete a la gente.
Por otro lado, Carmen Lilia, alcaldesa de Nuevo Laredo, parece enfrentar un problema curioso:
aunque su trabajo es reconocido por ser atento y ordenado, algo no está funcionando en su
equipo de relaciones públicas.
Su figura como autoridad local es apreciada, pero sus esfuerzos no
están siendo bien proyectados.
Quizá un cambio de jefe de prensa o un buen publicista podría
darle el impulso necesario para que su trabajo llegue a la gente de la forma en que realmente se
merece.
En Matamoros, Beto Granados ha empezado a mover las piezas para lograr el apoyo de los
matamorenses, un esfuerzo que parece estar motivado por la necesidad de limpiar el desorden
dejado por la administración anterior.
Con la “borrega” fuera, Beto se ha encontrado con un
municipio sin dinero, pero con grandes retos.
Ayer, en Estación Ramírez, habló de su plan de
gobierno municipal y de la remodelación de la plaza principal de este pueblo olvidado.
Sin embargo, los ciudadanos esperan acciones concretas que mejoren de inmediato su calidad de
vida, no solo promesas que tarden meses o años en cumplirse.
Finalmente, en Matamoros, los vecinos de la colonia Universitaria están furiosos con la
administración pasada por no haber atendido su solicitud de retirar los talleres de las banquetas y
la venta de autos que bloquea el paso. La falta de atención a estas quejas simples, pero
fundamentales para la seguridad y movilidad de los habitantes, solo aumenta el malestar
generalizado.
A unas semanas de la Navidad, las plazas en muchas ciudades del norte ya están adornadas para la
ocasión, pero en Matamoros, la plaza principal aún necesita algo más que luces blancas. Un toque
de rojo sería suficiente para dar ese contraste visual que refleje el espíritu de la temporada y,
quizás, para recordarle a la administración que aún hay mucho por hacer para mejorar la imagen y
la vida de los ciudadanos.
Lo que queda claro es que la apatía de los políticos locales hacia las demandas de los ciudadanos
es inaceptable. Ya basta de promesas vacías y de esconderse detrás de discursos vacíos. Es hora de
que se tomen en serio el bienestar de sus comunidades.
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