Dr. Jorge A. Lera Mejía.
Esta semana marca un nuevo capítulo en lo que podría considerarse el fin de las instituciones en México, tal como las conocimos en los últimos 30 años.
Ayer, en la Cámara de Diputados, se votó por la eliminación formal de siete organismos autónomos, entre ellos el Instituto Nacional de Transparencia (INAI), la Comisión de Evaluación de Políticas Públicas (CONEVAL), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y el Consejo Nacional de Hidrocarburos (CNH).
El pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general el dictamen con reformas a la Constitución para desaparecer dichos siete organismos autónomos.
La discusión en lo particular se dejó para este jueves después de su aprobación en lo general con 347 votos a favor y 128 en contra.
En este marco, el coordinador de Morena en San Lázaro, Ricardo Monreal Ávila adelantó que presentarán una reserva relacionada con la regulación de las telecomunicaciones que ejerce el IFT y la parte de monopolios y competencias en manos de la COFECE.
Estos organismos, junto con el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), han sufrido un deterioro significativo bajo el gobierno de Manuel López Obrador y en los primeros 50 días del mandato de Claudia Sheinbaum.
Esto plantea inquietudes entre los mexicanos que comprenden la complicidad que se forma cuando el gobierno, junto con un legislativo controlado por el partido mayoritario (Morena), avanza en la eliminación de estos organismos.
Además, se está modificando el Poder Judicial Federal para permitir que en 2025 se elijan jueces, ministros y magistrados por voto popular, lo que implicaría que el Poder Judicial quedaría bajo el control del partido mayoritario y sus aliados.
Aunque muchos aplauden la necesidad de una reforma judicial, lo que se está gestando es una contrarreforma que amenaza con consolidar un gobierno autoritario al estilo del PRI de los años 70.
Si bien espero estar equivocado, temo que cuando la mayoría de los mexicanos se den cuenta de esta realidad, podría ser demasiado tarde.
¿Será acaso con estos hechos, que se está gestando la imposición de un clavo más a la democracia política y participativa mexicana?
¡Ustedes tienen la palabra y la respuesta a esta pregunta, más bien, a esta inquietud!