-Aunque a destiempo, criticó el programa “abrazos, no balazos” de AMLO
-El diplomático yanqui no olvidó el desaire de la “pausa” en la relación
-Entre socios la seguridad debe ser conjunta, opina el Embajador norteamericano
H. Matamoros, Tamaulipas.-Aunque su tronante declaración se produjo a destiempo, tal
parece que el embajador de los Estados Unidos en México, KEN SALAZAR, “se sacó la
espina” luego del desaire diplomático recibido por el entonces mandatario nacional
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, quien, en su momento, decretó “una pausa” en la
relación entre ambos.
SALAZAR no se anduvo por las ramas al precisar que la política mexicana en materia de
seguridad pública y combate a la delincuencia no prosperó con el programa federal
“abrazos, no balazos” diseñado por el creador del Movimiento de Regeneración Nacional.
Anteriormente, el diplomático yanqui se pronunció en contra de la reforma al poder
judicial, al considerar que la nueva normatividad no garantiza la certidumbre jurídica para
los inversionistas estadounidenses en territorio mexicano.
Como era de esperarse, KEN SALAZAR fue acusado por el gobierno mexicano como
“injerencista” en asuntos internos por lo que la diplomacia mexicana externó su
inconformidad a través de sendas misivas.
Una lectura del posicionamiento del representante del tío Sam en México es que su
pronunciamiento podría estar asociado a la pausa del tabasqueño y el giro de 180 grados
en la relación entre el ahora ex jefe del Ejecutivo federal y el demócrata embajador de la
Unión Americana en nuestro país.
Si bien es cierto que, desde cierta perspectiva, las posturas de KEN SALAZAR respecto a la
reforma judicial y al fracaso del programa federal “abrazos, no balazos”, podrían
etiquetarse como no apropiadas, también es cierto, sin el menor ánimo malinchista, que
solo está cumpliendo con su misión de proteger los intereses de sus conciudadanos y la
relación bilateral entre ambos gobiernos.
Cabe señalar que la reforma al poder judicial es un tema bastante cuestionado por la
forma en que se llevó el proceso legislativo, por lo que, en consecuencia, el caso podría
llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos al margen de la decisión o postura
que adopte el gobierno azteca.

Respecto a la estrategia del gobierno de la Cuarta Transformación para atender el grave
problema que enfrenta el país en materia de seguridad pública y avance desmedido del
crimen organizado, no se requiere de una opinión extranjera ni tener más de dos dedos de
frente para externar una opinión real y objetiva del programa “abrazos, no balazos”.
Por lo tanto, no resulta disparatada ni fuera de orden lo externado por SALAZAR al afirmar
que “si se va a lograr la seguridad de México tiene que haber una seguridad conjunta
como socios, que ha sido el paradigma de nosotros desde que yo llegué”.
Asimismo, el embajador de USA en México le puso el “cascabel al gato” al precisar que la
coordinación en el último año luego de que el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ
OBRADOR se negó a aceptar la inversión de 32 millones de dólares que estaban
destinados para ayudar a la seguridad del pueblo mexicano.
Pero no tan solo eso.
En lo que pudiera calificarse como “sacada de espina” en la muy probable última etapa de
su gestión diplomática, el embajador gringo también cuestionó la “austeridad
republicana” y que se requiere de una inversión real en materia de seguridad pública.
Por supuesto que le asiste la razón al demócrata estadounidense al asegurar que “la
seguridad es un pilar fundamental de cualquier democracia”.
Tuvo un gesto de caballerosidad diplomática al compartir la visión de la presidenta de
México, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, para poner especial atención a combatir las causas
de la violencia. También, se pronunció en favor de un sistema judicial robusto y libre de
corrupción.
Respecto a su reciente declaración asociada al fracaso del programa obradorista para
combatir a la delincuencia, lógicamente, provocó la reacción de la Secretaría de
Relaciones Exteriores por medio de una misiva diplomática a la Embajada de los Estados
Unidos en México.
¿Cómo la ve?
DESDE EL BALCÓN:
I.-Aunque duela reconocerlo y peor aún si la crítica viene de un extranjero, la verdad
monda y lironda es que el programa federal “abrazos, no balazos” del ex presidente
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR resultó un rotundo fracaso.
Lo mal del caso es que su sucesora CLAUDIA SHEINBAUM PARDO continúa con la misma
visión en el sentido de atacar las causas que generan la violencia.
Estará por verse si el super policía OMAR GARCÍA HARFUCH con sus facultades de acción
ampliadas logra al menos inhibir a los grupos delictivos que operan impunemente en gran
parte del territorio nacional.

Y hasta la próxima.
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