El Patinadero
Juan Antonio Montoya Báez
Lo vimos más de una ocasión como era su trato a su esposa, en lo público, pero también en lo privado.
Alguna vez observamos como llegaba al cine con ella, sin ayudantes, sin guardaespaldas, solamente ellos dos, enamorados, la mirada de la señora era de amor, él tampoco se quedaba atrás. Como un par de adolescentes enamorados, eso no se puede ocultar.
Su paso como titular de la Secretaria de Salud fue impecable, fuera de escándalos, con una imagen impecable, fue el mejor de los colaboradores del ex gobernador EGIDIO TORRE CANTÚ.
Un hombre de moral intachable que alguna vez, sin importarle las críticas, ni las voces que surgieran en su contra decidió prohibir el uso de minifaldas y escotes pronunciados en la dependencia.
También pidió a sus colaboradores más cercanos que dejaran de reírse a carcajadas o dijeran vulgaridades en su entorno. No había dobles tintas.
Esa fue una declaración que le costó mucho en cuanto a críticas y comentarios mal intencionados, pero no le importó. Simplemente siguió con su forma de ser y de pensar, así en lo público y en lo privado, siempre fue el mismo. Su despedida de Tamaulipas fue con calidez:
“Servir a los tamaulipecos en un tema tan sensible como lo es la propia salud, ha sido, además de una gran responsabilidad, el mayor privilegio que he tenido en mi vida profesional”.
NORBERTO decía que “En Salud el trabajo es eterno, siempre hay metas por cumplir y día a día está sometido a alta incertidumbre”, reiteró. Esta frase da la justa medida a lo hecho y a lo por hacer.
En el presente, diremos que el jueves por la noche observamos un matrimonio, con las mismas características, alegría contagiosa, tomados de la mano, despreocupados y amorosos.
El caballeroso, le brota el amor por los poros, corrió presuroso a abrir la puerta a su esposa, quien le agradeció con una sonrisa.
Eso lo veíamos a unos metros en el estacionamiento de un concurrido hotel de la ciudad donde acudieron seguramente a ultimar detalles de alguna actividad propia de las responsabilidades.
Ella, acudió para ver los detalles del campeonato nacional de Tae Kwon Do con la llegada de más de 1200 atletas de todo el país, un certamen que da puntos para el ranking nacional por lo que acuden las y los mejores atletas en las diferentes categorías.
El evento es avalado por la Federación Mexicana de Taekwondo y es coordinado por la Asociación Estatal, con apoyo del Instituto del Deporte de Tamaulipas.
Supervisó y dió las últimas instrucciones al Director del Instituto Estatal de Deporte, MANUEL VIRUES.
Ella es su jefa, el Secretaria de Bienestar Social, SILVIA CASAS la misma que en la oscuridad del estacionamiento del hotel, caminó de la mano de su esposo, un acompañante en esta actividad, pues JAVIER “El Capi” GARIBALDI, como director del Correcaminos de la UAT no tenía mucho que opinar en un encuentro de taekwondo.
Eso sí se nota el profundo respeto y amor de SILVIA para su marido, ella gana más dinero tiene mejor puesto, está empoderada y se presenta como una de las pocas americanistas puras del gabinete, que la colocan con diversos planes para el futuro.
SILVIA controla la política social, pero no se le suben los humos a la cabeza, adora su marido, se le nota y le permite toda clase de detalles, pero también de consejos.
Una mujer que se planta para escuchar a su esposo, que le cede el volante de su automóvil y caminan por la noche solos, sin ayudantes, ni Tahoes, menos guaruras habla del respeto a su matrimonio. Cuando nadie los ve, surge el yo verdadero.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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